El fútbol está cargado de amores imposibles. El padre de Mario Suárez, asturiano y sportinguista desde siempre, hubiera soñado con ver jugar a su hijo con la camiseta rojiblanca del Sporting. Mario, criado con el rojiblanco del Atlético, tampoco le hubiera hecho ascos... algo queda en la sangre y en la pasión vivida en casa, pero su ficha (lejos de las posibilidades del club de El Molinón) y la irrupción del Valencia truncaron cualquier paso. El pasado verano, cuando Mario todavía estaba buscando la forma de salir del Watford inglés, un aficionado del Sporting le tanteó y su respuesta fue una declaración de intenciones: "Mi padre sería muy feliz serguro, pero eso se lo tienes que preguntar al 'Pitu'".

En plena campaña de fichajes, el mensaje de Mario en redes sociales generó un impacto enorme. Incluso se puso en marcha el hashtag #MarioSuarezSportinguista entre sus aficionados. La declaración no fue producto de un amor de verano, en mayo, el centrocampista ya felicitó al Sporting por conquistar la salvación. Fue entonces cuando descubrió su pasión: "Enhorabuena al Sporting. Mi padre, asturiano, es del Sporting de toda la vida y siempre me ha gustado como equipo. Puxa Sporting". No hace falta añadir mucho más.

Desde el punto de vista emocional, el último partido -Atlético- y el próximo son especiales para Mario Suárez. El centrocampista está encantado de su fichaje por el Valencia y espera que su paso no se quede en una temporada. El Molinón es uno de los grandes escenarios del fútbol español y el mediocentro necesita acumular actuaciones sólidas. Su inicio de temporada ha tenido luces y sombras. Prandelli ha supuesto una vitamina para todos y los centrocampistas están destinados a dar un paso al frente. Mario debe darlo ante 'su' Sporting.