Que Zakaria Bakkali tiene materia prima es una afirmación que casi está fuera de toda duda. El extremo belga de origen marroquí atesora el nervio y la capacidad para desequilibrar, condiciones que bien aplicadas permiten reactivar a un equipo en un instante de bloqueo o debilidad, cambiar el panorama de un plumazo o incluso decidir un partido. Sus detalles conectan con la afición de Mestalla, que se relamía hace un año tras su gol por toda la escuadra ante el Levante tras una gran jugada personal. Sin embargo, Bakkali se manifiesta por goteo. Ese es el problema. Cuando uno tiene 20 años, tiene el margen de maniobra que ofrece el talento y la expectativa, el fracaso puede llegar cuando el paso del tiempo no produce ningún tipo de evolución. La coartada que desliza esa condición, no obstante tiene fecha de caducidad y un riesgo: quedarse en eterna promesa. La trayectoria de Bakkali está alcanzando un punto determinante y reclama un paso por parte del futbolista, el hombre con menor porcentaje de participación del Valencia. ¿Qué pasa con Bakkali?

El extremo ha jugado el 8% de los minutos oficiales disputados por el equipo esta temporada, una tendencia que traslada también a la selección belga Sub´21 y que esconde un dato más alarmante todavía: no ha completado un solo partido con el Valencia y para remontarse a la última vez que lo hizo hay que ir hasta el 22 de agosto de 2014, con el filial del PSV ante el Emmen, en segunda división. Hace más de dos años. Sus estadísticas de participación son demoledoras. Fede Cartabia, en dos partidos, ya ha jugado más que él en seis, alcanzando un 10% de los minutos jugados esta temporada. El belga tiene una media de 14 minutos por partido este curso y si se analiza el cómputo desde que llegó al club el verano previo a la temporada pasada, su autonomía solo alcanza los 37 minutos por partido. Para verlo jugar regularmente hay que remontarse a su etapa juvenil, en la temporada 2012/13 en el combinado Sub´21 del PSV, cuando disputó los noventa minutos en once partidos.

[Estadísticas de Bakkali en Liga]

Castigado por no renovar

Su último encuentro completo en la elite tuvo lugar el 25 de septiembre de 2013, contra el Telstar en la KNVB (copa holandesa), hace más de tres años. En agosto de ese mismo año, solo unas semanas antes, saltaba a la fama ante el NEC Nijmegen, donde anotó tres goles. Aquel día jugó los noventa minutos. Después pasaría tres semanas lesionado. Un episodio de constante repetición que retrata su fragilidad física y que sigue presente, al punto de reducir al mínimo su impacto en el equipo. Tras aquello, su participación osciló entre 20 y 30 minutos hasta mitad de temporada, cuando solo en casos extraordinarios superó la hora de juego. Tras su explosión se perdería 18 de los siguientes 32 partidos y al curso siguiente sería castigado por negarse a renovar. Después aterrizaría en Mestalla.

El trabajo y la alimentación

Desde que llegó al Valencia, hasta 25 jugadores han jugado más que él. Entre ellos algunos recién fichados como Nani (798 minutos) o Montoya (787), y otros como Suárez o Mangala lo superarán pronto. Bakkali acumula 781 minutos en 25 partidos, de los cuales ha jugado cinco como titular (siempre sustituido) y 20 desde el banquillo. Si se analizan los minutos disputados desde su fichaje, el extremo solo ha disputado un 13% de ellos. Y si el cálculo se focaliza en los 25 partidos que ha participado, solo ha jugado el 35% de los minutos. ¿Por qué? Tiene carencias tácticas (está trabajando para crecer) y también físicas. Al tener el centro de gravedad tan bajo y el tren inferior tan desarrollado los jugadores como él deben ser muy sacrificados para no sufrir lesiones. Su naturaleza explosiva exige que esté físicamente a tope. Y él no lo está. Está mejorando su actitud, su predisposición al trabajo y su disciplina en la alimentación pero debe seguir progresando para encontrar un equilibrio y desencadenar así su potencial. Hasta hoy, tantas lesiones como partidos.

Debe fortalecer sus abdominales

Cuando llegó al Valencia, Bakkali estaba fuera de forma. En su último tramo en el PSV fue apartado, no entrenaba al ritmo que necesitaba su desarrollo y acumuló una sucesión de problemas físicos que todavía está pagando, al punto que jugar 76 minutos hace unas semanas con la selección ante Letonia supuso para él un esfuerzo extraordinario y le orginó un nuevo percance, del cual no ha reaparecido porque está recuperándose: sufre una lesión en el gemelo. Más allá de cuestiones futbolísticas -presenta carencias vibrantes en el apartado táctico-, el gran debe de Bakkali está en el físico. Por ello, el belga de origen marroquí está siguiendo una pauta de trabajo específico al margen del trabajo en grupo para alcanzar un estado óptimo y mostrar su versión más fiable en términos competitivos. El futbolista, que fue operado por un problema de pubalgia y estuvo otros ocho meses parado, sabe que está obligado a dar un paso decisivo y centra su trabajo extra en el desarrollo de los abdominales para compensar su cuerpo. Está trabajando cada vez más y mejor, cuida cada vez más sus hábitos y Prandelli se lo reconoció en rueda de prensa.