Enzo Pérez quedó muy marcado para Prandelli anoche en Riazor. El argentino fue uno de los principales perjudicados del empate ante el Deportivo. Lejos de la gran versión que exhibió la semana anterior ante el Barcelona, el centrocampista de Mendoza pagó los platos rotos ante los de Garitano. Cesare no quedó nada satisfecho con su comportamiento dentro del campo. Le pide que sea más inteligente en los momentos de alta tensión. Y es que ayer, en el tramo en el que el encuentro podía caer para cualquiera de los dos lados, Enzo tuvo un gesto desafortunado que lo mandó directo al banquillo. Sabiendo que tenía amarilla, cortó un contragolpe a riesgo de ver la segunda y justo después le lanzó el balón al árbitro, una reacción producto del calentón que no gustó nada al italiano porque pudo suponer la sentencia de muerte para el Valencia. Algo reprobable, más para un futbolista que lleva el brazalete de capitán.

El entrenador, al llegar a la sala de prensa

, apretó las tuercas a Enzo Pérez ante los medios de comunicación. ¿Por qué ha cambiado a Enzo Pérez? "Porque estaba con la amarilla, estaba nervioso y no quería acabar con diez jugadores. Un capitán tiene que estar siempre tranquilo y presente". El mensaje es claro y directo. Si uno interpreta las palabras de Prandelli, Enzo no actuó como debe hacerlo un capitán. Se trata del primer apretón del entrenador a un futbolista desde que llegó hace unas semanas. Sin lugar a dudas, el argentino es uno de los jugadores con mayor responsabilidad dentro y fuera del césped y no puede arriesgar de esa manera.

Como consecuencia de la tarjeta amarilla que vio en Riazor, Enzo Pérez no jugará la próxima jornada ante el Celta de Vigo en Balaídos porque cumplirá ciclo de sanción. Será el segundo encuentro que se perderá después de no poder jugar ante el Athletic de Bilbao en San Mamés por haber sido expulsado.