El pasado 30 de agosto el FC Barcelona hacía oficial el fichaje de Paco Alcácer y la cesión por una temporada de Munir El Haddadi. Era el punto final a dos semanas de enorme tensión en el Valencia CF, después de que la presidenta anunciara días atrás que el delantero no se iba a vender y llegara a jugar incluso el primer partido de la Liga en Mestalla. El acuerdo, después de una negociación directa entre Peter Lim y el presidente blaugana Josep María Bartomeu, se cerraba finalmente en 30 millones de euros más otros 2 en objetivos, pero a última hora Layhoon Chan y el director deportivo Suso García Pitarch lograron condicionar la operación a la cesión del propio Munir, que ya tenía las maletas preparadas para marcharse al Celta pero se iba a convertir en cuestión de horas en el heredero del ‘9’ del Valencia que por sorpresa había dejado libre el de Torrent.

Fue una venta con un gran desgaste para el Valencia, una operación con muchas aristas por lo que significaba la figura de Paco Alcácer, el hombre de la cantera, un valencianista desde la cuna que elegía marcharse a ser suplente en el Barcelona, y también porque la maniobra del propietario dejó en muy mal lugar a sus ejecutivos del club, convencidos de que el delantero no estaba en venta hasta el punto de anunciarlo de manera oficial y comprometerse así ante los aficionados. Una operación muy cuestionada que sin embargo hoy, tres meses después, tanto aquí como en Barcelona se empieza a ver desde prismas muy distintos. Munir viene en línea ascendente y ha convencido a Cesare Prandelli a base de efectividad mientras Paco sigue sumido en una profunda depresión, todavía no se ha estrenado como goleador con su nueva camiseta y, lo que es peor, su participación en el juego va cada partido a menos.

Mientras Alcácer llegaba a Barcelona con un rol muy claro, el de cuarto delantero para dar descanso a la MSN (Messi, Suárez y Neymar), Munir El Haddadi tenía reservado a priori un papel más protagonista. Fue presentado en mestalla como el Nou ‘9’. Le ha costado, el mal momento del equipo no le ha ayudado a pesar de que se estrenó con un golazo precisamente ante el Barcelona en Mestalla, entrando en el partido tras el descanso. A la sombra de Rodrigo Moreno, tras una charla con el entrenador y beneficiado por el cambio de sistema al 5-3-2, se ganó la titularidad en la Copa del Rey ante el Leganés después de haber marcado saliendo desde el banquillo otro golazo en Sevilla. En Butarque le bastaron menos de dos minutos para sumar el tercero en un alarde de efectividad, y todo apunta a que estará entre los once elegidos por el italiano para enfrentarse al Málaga.

Una pesada losa

Lo de Paquito Alcácer en Can Barça empezó siendo una cuestión de acierto, siempre se dice que los delanteros funcionan a rachas, pero poco a poco la preocupación va a más. Como prueba su partido más reciente, 90 minutos en la Copa frente a un equipo de Segunda B como el Hércules en los que no solo se fue de vacío sino que ni siquiera tuvo opciones de romper un maleficio que le viene desde el pasado mes de mayo, cuando celebró su último tanto con el Valencia en Getafe. Para un delantero como él, que es ambicioso, que lo vive y en el Valencia maldecía su suerte apenas pasaban dos o tres partidos sin celebrar un gol, esta situación empieza a pesarle como una losa. No solo ha perdido la confianza sino también un sitio en la selección absoluta que tanto le había costado conseguir. Mientras a Munir, que también ha atravesado por un mal momento, le empieza a sonreír la suerte. Gana enteros para ser la referencia en ataque del Valencia, un equipo al que le dará la vida si sigue haciendo goles, y se mantiene en los planes de la selección sub-21 que este verano disputará el Campeonato de Europa en Polonia.

Gol al Barça

Con datos de participación similares, 474 minutos oficiales de Munir con el Valencia por 411 de Alcácer en el Barça, transcurrido ya el primer tercio de la temporada Munir golea a Paco y de momento el Valencia le ha metido también un gol al Barça, un gol de 30 ‘kilos’ más un delantero cedido con una opción para comprarlo a final de temporada por menos de la mitad. La situación resulta extraña hasta el punto de que el ahora delantero valencianista también ha marcado esta temporada con el FC Barcelona un gol más que el propio Alcácer, el que le marcó al Sevilla en el mes de agosto en el partido de ida de la Supercopa de España. ¿Increíble? Puede que sí, pero cierto.

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