Prandelli habló de fútbol en la previa. El italiano desparramó su discurso en torno a valores como la intensidad y conceptos como la presión alta, el contragolpe o la acción de sus centrocampistas. Sobre el campo, la interpretación del plan fue insuficiente. El Valencia relampagueó con timidez ante el Málaga, fruto de eso encontró el gol de Medrán, pero los ataques -rápidos- que finalizó con acierto fueron una excepción.Durante muchos minutos, el partido fue un ejercicio de resistencia agónica. La sensación de vida sólo se sostuvo hasta el último minuto por la intimidación de la línea Mangala-Garay-Abdennour y por la falta de colmillo del Málaga, que sintió la ausencia de Sandro Ramírez, su goleador. Prandelli subrayó el viernes la intención programada de ceder posesión para priorizar el ataque en pocos toques y la recuperación rápida. Efectivamente, el Valencia tuvo menos la pelota que su adversario y trazó un número de pases inferior, el problema rompió por la falta de autoridad con la que interpretó esa partitura. Faltó acción, intensidad y ritmo, con y sin balón. El mando del partido correspondió al Málaga. Bien ayudados por Juanpi y Ontiveros, Camacho y Pablo Fornals dominaron de principio a fin ante Mario Suárez, Medrán y Parejo.

Pablo Fornals jugó un partido maravilloso. El castellonense abrió el marcador con un disparo espectacular desde la frontal y conquistó el empate tras cazar un balón en el área bajado por En-Nesyri y muy bien centrado por Camacho. La imagen final es el resumen del partido. Los dos mediocentros del Málaga golpearon duro con Mario desbordado, Medrán desaparecido, Fede perdido y Parejo en el banquillo tras un cambio (por Fede) que remarca la necesidad de reforzar la sala da máquinas en invierno. La dupla Camacho-Fornals, a la que el Deportivo hizo sufrir hace una semana en La Rosaleda, impuso su personalidad en rodeo ajeno. Fornals estuvo tremendo por duelos aéreos ganados, entradas, número de pases y participación. Pablo (nacido en Castellón el 22 de febrero de 1996) fue más que Medrán, Parejo y Mario. Más allá de los números, que son rotundos, dejó una gran sensación. Como Camacho. El líder del Málaga estuvo cerca de las 100 intervenciones entre despejes, balones recuperados, duelos ganados, entradas... Los dos dominaron corte y confección. Perdieron muy poquitos balones.

No hay respuestas sólidas

El Valencia no encontró la fórmula de superar los filtros del Málaga y llegar con claridad ante Boyko, portero del Málaga en ausencia de Kameni, fuera por problemas físicos. El Málaga tenía nueve bajas entre sancionados y lesionados: Weligton, Diego Llorente, Kuzmanovic, Recio, Keko, Sandro y Charles; una merma en experiencia, calidad defensiva, despliegue, desequilibrio y gol. Juande tuvo dos chavales del filial en el banquillo y un jovencito en el once -Javi Ontiveros- que desparramó clase en un gran escenario de LaLiga como Mestalla.

La sensación de asfixia fue creciendo con el paso de los minutos a la vez que fue creciendo el Málaga. El equipo de Prandelli pasó demasiados minutos metido atrás, defendiendo por acumulación, vivo por la candidez visitante, sin jugar a nada. El número de saques de esquina concedidos insiste en ello (trece). Por un momento, pareció que el triunfo en Copa ante el Leganés iba a tener efecto en la confianza y la capacidad para sobrevivir del Valencia... pero nada. El equipo respondió rápido al primer golpe de Fornals y encontró un buen gol de Medrán, pero la reacción no tuvo continuidad. No hay respuestas.