Las directrices económicas marcadas el pasado mes de mayo por Meriton y las decisiones deportivas que se ejecutaron en consecuencia han llevado al Valencia CF a protagonizar el peor inicio de temporada de su historia y a jugar con los puestos de descenso a segunda división, con el consiguiente descrédito de la figura de Peter Lim entre los aficionados. Lógico porque todo parte de los errores cometidos por él mismo la temporada anterior, que llevaron a planificar la actual partiendo de un dato estremecedor: había que vender jugadores por un total de 140 millones de euros para salvar un desajuste de aproximadamente cien y poder fichar para rehacer la plantilla con los restantes 40. Esos son poco más o menos los números que se pusieron sobre la mesa en Singapur para afrontar un ejercicio sin Liga de Campeones y con una plantilla carísima que, para colmo, no había respondido en el terreno de juego a las expectativas.

El resultado es una plantilla que se ajusta a rajatabla al control financiero de la Liga de Fútbol Profesional, pero corta, justita de calidad, descompensada y que está demostrando no poder con la situación que se le presenta. Un equipo que se asusta y es incapaz de gestionar una resultado favorable en Mestalla ante un Málaga sin mordiente en su delantera. "Lo vimos venir todo el rato pero en esa situación el equipo no sabía hacer otra cosa que echarse atrás", revela una voz del vestuario.

Al margen de la frialdad de los números, socialmente la realidad es que el aficionado ha dejado de creer en Peter Lim y eso es algo que el propietario se ha ganado a pulso. Así se lo hicieron ver los accionistas a la presidenta Layhoon Chan en la Junta de Accionistas a principios del pasado mes de noviembre. "Cumplan con aquello a lo que se comprometieron", le dijeron. Es la frase que mejor resume el sentir de los pequeños propietarios del Valencia CF, que desde hace más de siete meses no han visto al magnate de Singapur pisar Mestalla en un momento de gran preocupación por la marcha del equipo. ¿Estaría por ejemplo Fernando Roig en el palco del El Madrigal el día en que el Villarreal se juega la vida para no meterse en los puestos de descenso? La respuesta es tan evidente que no hay más que recordar qué hizo el dueño del conjunto amarillo cuando hace unas temporadas terminó en segunda ante la sorpresa de todos. El presidente y máximo accionista del Villarreal dio la cara siempre y jamás dejó solo a su equipo. Mientras, lo que está viendo el valencianista es que su equipo se ahoga partido a partido en la clasificación y su propietario no aparece.

Valga la comparación para resumir la situación institucional que vive el Valencia, de la que ha terminado por impregnarse en el equipo y en la afición. En el equipo porque los futbolistas, más allá de la discutible calidad de la plantilla teniendo en cuenta la dimensión del Valencia como entidad, saben perfectamente que están de paso. Todos en el club tienen asumido que Joao Cancelo será vendido el próximo verano. Y la afición porque, cansada y desilusionada, cada vez acude menos a Mestalla. El domingo el equipo se enfrentaba al Málaga, un partido importantísimo al que solo asistieron 23.121 espectadores en la grada, un dato demoledor por mucho que la lluvia ayudara a restar algunos miles. Los datos de la temporada pasada y el arranque de la actual revelan un descenso preocupante, el valencianista parece resignado a su suerte como si asumiera que nada puede hacer y que el desastre no tiene remedio. Baja los brazos, no protesta... Peor que el enfado por los malos resultados es que los malos resultados ya no provoquen enfado.

La pregunta, sin embargo, es si hay solución a la vista. El pasado verano la única solución al desfase económico fue devaluar una plantilla que había llegado a pelear por no caer en la zona de descenso, lejos de cualquier objetivo que llevara al Valencia a Europa. Otra vez los fríos números revelaban que solo cuatro de los futbolistas fichados por Lim, Negredo, Rodrigo, Abdennour y Enzo Pérez, se ‘comían’ prácticamente la mitad del coste fijado por el Fair Play Financiero para toda la plantilla. De los cuatro solo acabó saliendo Negredo y, además, con una cesión que alivia su ficha pero no la altísima amortización de su traspaso que todavía se está pagando, por eso el problema se mantiene en la plantilla actual a pesar de que acabaron saliendo André Gomes, Mustafi y Paco Alcácer por cien millones de euros. No eran los jugadores más costosos, pero sí los que tuvieron una cotización más alta en el mercado. Por tanto, cuando ahora Cesare Prandelli habla del compromiso de Lim de fichar en enero lo que permita el Fair Play Financiero, la realidad es que el margen y las posibilidades son escasas salvo que haya alguna salida o inyección de capital a través por ejemplo de un patrocinador. Lim tiene la palabra y la oportunidad de demostrar a los aficionados cuánto le interesa el equipo, porque por encima del dinero que ya ha puesto y de la estabilidad financiera que le ha dado al club, está la urgencia deportiva actual.

Plantilla hecha a pedazos

Que en la plantilla faltan recursos futbolísticos y personalidad, no hay duda. El Valencia tiene tres porteros, pero no tiene delantero centro. Y sobre todo, tiene demasiados jugadores jóvenes que no están preparados para tirar del carro en una situación como la que se viene encima. En definitiva, gran parte del fracaso y del descrédito del inversor que venía a llevar al Valencia a pelear por la Champions League parte de sus propios errores y también del modelo, una plantilla hecha a trozos, una colección de futbolistas para vender y sacar rendimiento económico antes que para competir en la Liga. Mientras el Valencia deambula por los puestos bajos de la clasificación y el aficionado desconecta, lo cierto es que Lim sigue teniendo futbolistas con los que hacer caja. Este verano será Cancelo, y el siguiente, ¿por qué no Munir? Sobre el papel, el Valencia tiene una opción de compra de 12 millones de euros en la que el inversor puede ver negocio a dos años vista. Si el Valencia no baja a segunda pero vende a Cancelo por 40 millones, ¿la temporada para Peter Lim será buena o mala?

La gran pregunta y Otamendi

¿Qué quiere hacer realmente Lim con el Valencia? ¿Está dispuesto a dar un golpe de timón en busca de una gestión más coherente sobre todo en lo deportivo y rescatar al equipo? Dadas las circunstancias y en plena temporada que podría acabar en desastre lo urgente es reforzar el equipo, pero son preguntas importantes acerca del futuro del Valencia CF. La duda existe desde el preciso instante en que, antes de ser propietario efectivo de las acciones, decidió que Juan Antonio Pizzi no iba a ser el entrenador y apostó por Nuno Espírito Santo. Ese día Peter Lim mostró sus cartas y anunció a los valencianistas que hay cosas que las decide directamente él. Hay quien dice que la victoria del Valencia sobre el Real Madrid el 4 de enero de 2015, con aquel gol de Otamendi tras un cabezazo imperial al más puro estilo Ratón Ayala, terminó siendo clave para todo lo que vendría después. Esa noche cenaron juntos en Valencia Nuno, Jorge Mendes y Peter Lim, pensaron que esto es pan comido, el equipo compite y la afición está de su lado. Solo desde esa atalaya alejada de la realidad se explica la frialdad con la que el propietario se deshizo de Salvo -y por extensión de Rufete y Ayala? y le dio todo el poder a Nuno solo unos meses después. El fichaje de Rodrigo CaioRodrigo Caio hizo saltar la banca y mostró al valencianismo que Peter Lim es incontrolable. En el Valencia no manda Jorge Mendes, Lim es imprevisible y capaz de fiarse de cualquiera. Como de Gary Neville, un absoluto novato para sustituir a Nuno cuando no tuvo más remedio que despedir a su entrenador. Luego llegaron García Pitarch y la renovación de Ayestaran y todo desemboca en una plantilla que no está a la altura con un entrenador recién llegado que tarda demasiado en dar con la tecla porque la clasificación comienza apretarse por debajo.

Paso adelante

Un drama que puede terminar siendo de proporciones bíblicas a no ser que los ejecutivos de Valencia, Layhoon, Anil Murthy, García Pitarch y el propio Prandelli, sean capaces de hacerle ver a Lim lo necesario que es reforzar el equipo y estar en Mestalla animando como un aficionado más. Serán claros síntomas de que le interesa el Valencia y a partir de ahí, el club podrá pedir a sus aficionados que animen porque el equipo lo necesita. Peter, da tú el primer paso