La tendencia negativa que inició el Valencia CF con un rotundo fracaso en su regreso a la Champions en la primera parte de la campaña 2015/16 continúa con vida. Por ahora el italiano Cesare Prandelli, que ha cumplido dos meses de trabajo con el equipo en la Ciudad DeportivaCesare Prandelli, no ha podido frenarla sacando al equipo de la zona peligrosa de la clasificación de Liga. El exseleccionador de Italia tiene al Valencia a las puertas de los octavos de final de la Copa, pero en la competición madre los números en sus siete primeros partidos no mejoran los de sus antecesores a lo largo de un año en el que ningún entrenador ha sido capaz de posicionar la nave blanquinegra rumbo a los objetivos que se marcan al principio de cada año futbolístico.

Ni Nuno, ni Gary Neville, ni Pako Ayestaran. Ninguno de los tres obró la reacción de un Valencia que, poco a poco, ha ido agudizando la preocupante costumbre de no ganar, y lo que es peor, de perder partidos. Desde el comienzo de la temporada 2015/16 hasta la actualidad el Valencia CF -propiedad en el 82% de las acciones del singapurense Peter Lim- suma la disputa de 73 encuentros oficiales con un balance indigno para la tercera entidad española con más títulos internacionales: 26 victorias, 16 empates y 31 derrotas. El porcentaje de partidos perdidos se dispara hasta el 42%, siendo superior al de triunfos (36%), un dato inconcebible en cualquier grande de Europa.

A principios de octubre Cesare Prandelli decidía volver al primer plano, aceptar la propuesta de Lim y recoger un equipo que había caído en la jornada 7 con el Atlético de Madrid (0-2), quedándose décimo séptimo en la tabla y sin renta alguna sobre el Espanyol, décimo octavo y primero de los conjuntos en descenso. Sin embargo, los seis puntos sumados con Voro en el banquillo fueron un soplo de vida después de que con Ayestaran los valencianistas habían cerrado la Liga como colistas en la semana del adiós del técnico vasco. Con el exjugador de l´Alcúdia como interino al mando, el Valencia salió del hoyo y acercó ligeramente las metas europeas de Champions y Liga Europa -cuarta plaza y sexta, respectivamente- a siete y seis puntos.

De los novatos a la experiencia

Hoy, pasadas las siete primeras jornadas de Prandelli, el Valencia no se ha despegado ni un punto del descenso y los puestos de clasificación europea están prácticamente al doble de distancia: a 13 y 11 puntos, respectivamente, del Atlético (4º) y la Real Sociedad (6º). La esperanza entre los aficionados de que pudiera reflotar el barco un técnico experimentado y reconocido, como es el de Brescia, en comparación con dos novatos en un banquillo de élite como los dos predecesores, Neville y Ayestaran, ha ido decayendo al mismo ritmo que el equipo. El sorprendente 5-1 de ayer del Depor a la Real sitúa al grupo de Prandelli décimo séptimo y empatado con el Sporting, primero que entra en zona de descenso.

El entrenador italiano empezó su aventura con éxito, precisamente, en el Molinón (1-2) el 16 de octubre. A la semana siguiente los jugadores entusiasmaron al público de Mestalla mostrándose ante todo un Barça como un bloque competitivo y sólo la actuación arbitral de Undiano Mallenco le privó de al menos un empate (2-3)Undiano Mallenco. Pero a partir de entonces, incomprensiblemente, la reacción no ha tenido continuidad más allá del inmerecido traspié del Sánchez Pizjuán o la victoria copera de Leganés gracias al acierto de Munir y Medrán. Un punto de seis entre A Coruña y Vigo, un triste empate en casa con el Granada y otro con el Málaga.

Cesare Prandelli y Voro han obtenido cada uno seis puntos al frente de la plantilla que en verano Lim y Jesús García Pitarch, director deportivo, confeccionaron para Ayestaran. Eso sí, el ex de la Fiore ha necesitado cuatro partidos más para alcanzarlos. Pese a todo, entre los aficionados y el entorno no se cuestiona a un técnico con currículum suficiente para afrontar un problema de la magnitud del que ha engullido al Valencia CF.

La opinión generalizada parece coincidir en que el italiano necesita tiempo, sobre todo, en un contexto en el que la confección y la valía del plantel están en tela de juicio desde hace año y medio. Entonces Lim cedió el poder deportivo a Nuno y al agente Jorge Mendes, quienes apenas reforzaron el once que en mayo de 2015 había logrado la cuarta plaza sin más competición que la Liga. El propio Nuno y sus sucesores acabaron pagando el peaje de una planificación fallida que amplificó sus errores. Además, el pasado verano las ventas fueron mucho más significativas que las compras en un club sin Champions. Prandelli, que ha debido hacer una pretemporada en plena competencia, precisa en enero fichajes que tapen las carencias del grupo en cada línea.