"Estáis muy serios", espetaba un aficionado a Joao Cancelo, en la llegada del Valencia al aeropuerto de Manises, antes de partir hacia Biarritz. "No estamos para bromas", masculló el lateral portugués como respuesta. El silencio se apoderó del vuelo que trasladó al Valencia hasta San Sebastián, donde este sábado se enfrenta a la Real Sociedad en medio de un clima tenso, tras las duras críticas de Cesare Prandelli a la plantilla, apenas unas horas antes. El contacto entre el técnico italiano y sus jugadores fue mínimo durante el viaje. Nada más llegar a Manises, Prandelli tomó distancia del resto de la expedición y atendió varias llamadas privadas. Mientras, los jugadores quedaban esparcidos en los distintos grupos de costumbre (lusófonos, españoles, canteranos...). Eso sí, a los futbolistas se les veía con el semblante más serio de lo habitual.

Layhoon fue la primera en acudir a Manises y se la vio pegada al teléfono móvil. El nuevo director de comunicación, Anil Murthy, fue el otro directivo valencianista que viajó con el primer equipo, además de Juan Cruz Sol. Prandelli dio a conocer a Layhoon las intenciones de lanzar su contundente mensaje momentos antes de comparecer ante los medios y recibió no sólo el visto bueno, sino también el apoyo incondicional de la presidenta. "Ha estado perfecto, es lo que hacía falta", se comenta desde el club. En el Valencia se entiende que la arenga era necesaria y que llegaba en el momento oportuno. También se aprueba la contundencia léxica con la que se empleó Prandelli como la vía más directa para provocar una reacción inmediata en el equipo antes de que acabe el año 2016. En medio de una crisis galopante, el posicionamiento firme de Prandelli ha aumentado su influencia interna en el club. "Ha cogido la bandera y hay que seguirle", afirmaba algún empleado.

El resto del vuelo transcurrió sin incidencias reseñables y la expedición llegó a Biarritz, en suelo francés, para desplazarse por carretera hasta San Sebastián.