La irrupción de Carlos Soler ha despertado al valencianismo. Mestalla vuelve a ilusionarse con un futbolista mucho tiempo después. La afición tiene muchas esperanzas depositadas en el canterano. Casi tantas como el club. Cesare Prandelli ha colgado a todos los jugadores del primer equipo el cartel de transferible. No es el caso de Carlos. El problema es que ahora mismo solo cuesta ocho millones de euros. Es su actual y peligrosa cláusula de rescisión. El futbolista, con ficha de filial, está al alcance de los grandes de Europa. Especialmente de los clubes más poderosos económicamente de la Premier League. Carlos no está blindado. La bueno es que tampoco quiere irse. Desea triunfar en casa. El sueño en el equipo de su vida solo ha hecho que empezar.

El Valencia valora al futbolista. El pasado mes de marzo llegó a un acuerdo para a ampliar su contrato por dos temporadas con opción a dos más y una cláusula de rescisión de ocho millones. En ese contrato se estipuló que en el momento que Carlos Soler jugase diez partidos con el primer equipo, el club estaría obligado a darle dorsal y hacerle contrato del primer equipo con una cláusula de 30 'kilos'. De momento, ha disputado dos. Contra la Real Sociedad en la Liga y frente al Leganés en la Copa del Rey. Le faltan ocho para que cambie su situación contractual y su cláusula vaya de acuerdo a su proyección. Otro posible escenario es que, en medio de la revolución de Prandelli, al jugador se le haga hueco en la plantilla del primer equipo en este mercado de invierno. Algo que depende del mercado y que ahora mismo no preocupa al jugador ni mucho menos.

Por la cabeza del futbolista solo pasa fútbol. Carlos es el primero que asume que no ha hecho nada y que lo más difícil empieza ahora: mantenerse en la élite. Ganas no le faltan y condiciones tampoco. Tiene físico, es de los mejores en los tests de potencia, atesora visión de juego, calidad en los pies, llegada, gol y balón parado. Jugando como ´6´ posicional o de ´8´ organizador. Su naturalidad y sencillez ha calado en el vestuario. Ha caído bien entre sus compañeros. Los veteranos le han abierto los brazos y desean que triunfe. También los jóvenes. Carlos ha entablado amistad con un competidor directo como Álvaro Medrán. Hay conexión y el miércoles se demostró en el campo.

Más de cien firmas y sin dormir

Carlos está viviendo un auténtico ´master´ esta temporada. Desde que Pako Ayestaran le dio dinámica de primer equipo con Toni Lato y Rafa Mir. La temporada no ha sido fácil. Tuvieron que pasar catorce convocatorias para debutar de forma oficial. Lo bueno es que Carlos, además de fútbol, tiene cabeza, ha sido paciente y ha esperado con mucho trabajo y pocas prisas su debut. Contra la Real dejó buenas sensaciones y contra el Leganés él mismo fue la sensación. Nunca olvidará su estreno en Mestalla. Le felicitaron sus compañeros. El propio Prandelli se acercó al futbolista y a Rafa Mir para darles la enhorabuena y decirles que sigan «igual». Carlos firmó más de cien autógrafos a la salida del estadio. También allí le esperaba un grupo de treinta familiares y amigos para abrazarle.

No ha perdido sus raíces

Soler apenas durmió de la emoción. Este jueves a primera hora se fue de viaje de vacaciones con sus amigos de toda la vida. No ha perdido sus raíces. «Le vendrá bien estar alejado de todo este boom», decía su entorno. El club ha decidido no exponer públicamente al jugador con entrevistas. Así piensan que estará más protegido. Eso sí, desde su desconexión navideña, ha dejado un mensaje en las redes sociales para el valencianismo. «No podía haber mejor forma de acabar este duro año. Muy contento e ilusionado con el año 2017». Su ilusión es la de todo el valencianismo.