Los futbolistas y dirigentes del Valencia CF arrancan este 2017 con un reto de importancia sustancial para el objetivo de mantener la categoría cuando acabe la actual temporada: La reconstrucción de un tejido social que se descose en el estadio de Mestalla. El pasado mes de mayo este diario fue el primero en reflejar con cifras la creciente pérdida de ilusión entre los aficionados en relación al proyecto de Peter Lim. La tendencia ha continuado a la baja en los siete partidos que el equipo ha jugado en lo que va de curso 16/17 en el feudo de la Avenida de Suècia, donde el público ha tenido que soportar como el Valencia se ha convertido en el conjunto con más derrotas (10) de los 23 que han participado en Primera a lo largo del año natural 2016.

Desde que a finales de agosto los valencianistas comenzaron la campaña frente a Las Palmas hasta el último partido en casa del mes de diciembre contra el Málaga, por Mestalla han pasado 254.536 personas, cerca de 18.000 menos que a estas alturas de la pasada temporada. Y el hecho de que el descenso haya avanzado no ha sido cuestión de los rivales que han visitado el estadio, ya que si la comparativa se hace con los mismos equipos -a excepción del Alavés en lugar del Levante, hoy en Liga Adelante- el resultado es prácticamente el mismo e, incluso, menos alentador (18.025).Por debajo de los abonados

Por ahora la media de asistencia a Mestalla por partido baja hasta los 36.362 espectadores -cifras ya inferiores a los 37.000 abonados que se indicaba desde el club-, 2.558 menos que hace un año y alrededor de un millar menos si se compara con los 19 encuentros del curso anterior. Es decir, la presencia de aficionados decrece conforme el equipo se acercó a los últimos compases de 2016 y los resultados han ido, paulatinamente, de mal en peor. Si se contabilizan los 18 duelos que el Valencia ha jugado como local este año la media de asistencia por partido se queda en 36.649 personas.

El desencanto del aficionado con el proyecto es una realidad

Los retrocesos y la crisis de las últimas dos temporadas sobrepasan el límite deportivo calando en lo social, pese a las recientes manifestaciones de Layhoon Chan. «Estoy aquí para hablar de nuestra delicada situación deportiva, pero he de decir que no es una crisis institucional o que cuestione la fortaleza del proyecto», afirmó la presidenta a mediados de diciembre. La gran caída que se está experimentando en términos de afluencia se refleja en la comparación con la primera campaña de Peter Lim como propietario.

En el curso 2014/15 Mestalla acabó siendo el estadio de la Liga que más aumentó la asistencia media de público con relación al curso 13/14. De unos 35.000 a más de 45.000 aficionados. Una variación positiva del 21%. Los buenos resultados fortalecieron la comunión perfecta con la grada, alimentada en los meses precedentes por los anhelos de un nuevo inversión y una solución económica, la figura de un presidente carismático como Amadeo Salvo o la reacción del equipo de Pizzi y las noches europeas frente al Basilea y el Sevilla.

La temporada pasada el club sufrió la pérdida de 178.721 fieles en Mestalla. Esta temporada el descenso ya no puede ser tan significativo, pero la mala noticia es que no se detiene. Y no puede decirse que la del Valencia CF es una vivencia generalizada en el fútbol español, donde con excepciones la asistencia de personas a los campos es creciente. Mientras en los siete partidos que suman los blanquinegros en casa se han registrado 17.902 espectadores menos, la Liga alardea en su página web de que 26.356 personas más (0,45%) han visitado los estadios de Primera y Segunda respecto a este mismo periodo -16 jornadas- de la campaña pasada. Un total de 5.936.371 asistentes al fútbol.

El rendimiento futbolístico es el que está restando adeptos a la carrera y afectando a la credibilidad y la gestión del modelo de Peter Lim. El Valencia sólo ha logrado cuatro victorias y 16 puntos en casa a lo largo de 2016. El 70% del botín ha volado a la vez que el club ha sufrido una alarmante merma de respeto por parte de los rivales. «El punto sabe a poco», dijo Memo Ochoa, portero del Granada, colista cuando empataron en Valencia.

La fortaleza del equipo en Mestalla ha caído a números rojos

Del tercer campo más complicado del país en mayo de 2015, al décimo sexto y hoy al décimo noveno. Cinco puntos de local en siete duelos, sólo superados en lo negativo por los dos de Osasuna. En el cómputo del año, agregando los 11 puntos cosechados entre enero y mayo -véase el ranking de estadios-:

Ninguna afición ha sufrido tantas derrotas como la valencianista y sólo las de Riazor y el Molinón han visto encajar más goles a los suyos. Los precios populares contra el Celta son un intento de Meriton por empezar a paliar el desencanto reinante, algo que requiere, sobre todo, del equipo. Mestalla vivirá su primer día tras el caso Prandelli.