"Es un atacante completo, tiene velocidad, regate y una buena estructura física". La descripción de Massimo Silva, entrenador de Zaza en el Ascoli 2012/13, perfila el tipo de delantero que ha fichado el Valencia CF. Simone es más de lo que parece; su fisionomía y su aspecto pueden generar confusión. Desde luego, es un ´nueve´ y eso ya supone un plus -por especialidad- para la plantilla, que tendrá un delantero capaz de pegarse con los centrales, hacer valer sus centímetros e intimidar por agresividad. Sin embargo, el punta italiano no es el clásico rematador de área pequeña, tampoco un pivote estático. Zaza se mueve por todo el frente del ataque, es capaz de trabajar en solitario, pero agradece tener un socio cerca, como le sucedió en Sassuolo con Domenico Berardi.

Su trayectoria insiste en una dirección: con el ambiente justo ofrece un rendimiento alto. Lo mismo puede aplicarse a la inversa. Zaza desconectado es una ruina. Su último paso por el West Ham es radical como muestra. Once partidos... cero goles. Durante los últimos seis meses no ha ido bien de coco. Simone apostó fuerte por la Premier y ha chocado con su adaptación a Londres, la mala relación del equipo de Slaven Bilic con los resultados y con un entorno distinto. En Inglaterra ha encontrado defensas más fuertes, más altos y con más kilos. Imponer sus cualidades ha sido más difícil que en Italia. La decisión del West Ham de cortarle terminó de consumir su autoestima. La sombra de su fallo en la tanda de penaltis contra Alemania en la Eurocopa tampoco ha sido sencilla de eliminar. Tras un mes y pico sin competir, la primera intención de Voro -hacerle sentir importante- puede marcar la diferencia. Eso es justo lo que reclama su rehabilitación. En ese sentido, sus ganas de reivindicarse son un foco de luz. El fútbol español también encaja mejor con sus características.

Zaza no es Christian Vieri, pero en su mejor versión sorprende por la mezcla de fuerza y recursos técnicos (para maniobrar o rematar); su golpeo con la zurda y sus movimientos de ruptura son realmente incisivos. Zaza agrede a la carrera y brilla cuando encuentra espacios para sacar partido a su potencia. Simone está acostumbrado a trabajar sobre los rivales sin balón y a emplearse con intensidad en la presión. Esas condiciones son las que sedujeron a un gigante como la Juve y a un entrenador como Antonio Conte, que se lo llevó a la Eurocopa pese a su rol de suplente la temporada pasada. El italiano pemitirá al Valencia activar la salida en largo con solidez y el juego directo como alternativa de fuego. En ese sentido, Simone tiene un punto a lo Diego Costa. Le va el contacto cuerpo a cuerpo, aunque le cuesta proteger el balón y no es un especialista en los duelos aéreos.

En su presentación, Zaza no fijó una cifra; prefirió hablar de goles importantes. En Sassuolo marcó ante Nápoles, Juve, Roma, Milan o Inter. El año pasado, en la Vecchia Signora liquidó al Torino o al Sevilla y dejó una maniobra clave para el título de la Serie A ante en Nápoles: control de espaldas en la frontal, giro rápido hacia la derecha y latigazo con la zurda. ¿Por qué no cuajó? Por competencia. Mandzukic es más específico como pivote de ataque (por juego aéreo y capacidad para defender el balón), Dybala es un segunda punta de fantasía y Morata tiene más potencia y velocidad.

Durante su carrera, Zaza ha coleccionado adjetivos de todo tipo: talentoso, inmaduro, generoso, caprichoso, anárquico, dulce, lunático, puntilloso e indescifrable, para lo bueno y lo malo. Testa calda, como dicen en Italia, su personalidad caliente le ha costado tarjetas y expulsiones, pero camino de los 26 años ha encontrado el equilibrio necesario. Ahora enfoca mejor su genio. Zaza siempre ha tenido que pelear para despegarse de etiquetas y prejuicios. En Valencia le toca lidiar con la opción de compra y el sector de la crítica que recela de sus cualidades fuera del contexto del Calcio. El contexto lo es todo. Prandelli y García Pitarch lo anunciaron como la figura de carácter que hacia falta. Alexanko y Vicente han culminado la maniobra. Zaza enriquece el reparto y Voro debe aprovechar sus cualidades para el equipo.