Carlos Soler no tiene límites. El canterano, futbolista de la primera plantilla desde el viernes y por méritos propios, multiplica en cada una de sus comparecencias las expectativas a base de rendimiento y lo hace con la sencillez y la naturalidad y que le caracteriza desde que aterrizó en Paterna con siete añitos. Si hacía falta un partido para contrastar que el Valencia tiene ante sí un futbolista con potencial para romper el molde, se produjo ayer en el Estadio de la Cerámica. Soler, gravitando sobre un entramado de confianza que es producto de la apuesta decidida del club y del calor de la gente, que reconoce en él a un futbolista diferente en tiempos de mediocridad, carburó a pleno rendimiento y fue determinante, marcando un gol que señalaba el camino hacia una victoria con la que al Valencia, hace solo cuestión de días, no le alcanzaba ni en sus sueños.

Su comparecencia, la más positiva que ha dejado hasta la fecha, le devuelve la confianza mostrada a Voro, que convenció a Layhoon de que había que hacerle ficha del primer equipo y no esperar más. Comenzó el partido a un ritmo distinto que los anteriores. Sobrio, atrevido, participativo e incisivo, conectando a sus compañeros con precisión y una visión privilegiada. Al término del encuentro, no podía esconder su entusiasmo. "Estoy muy contento por ser jugador del primer equipo y si el gol ha ayudado al equipo a conseguir la victoria pues mucho mejor. Lo asimilo con naturalidad, llevo siete partidos con el primer equipo y estoy disfrutando. Marcar un gol con el primer equipo es una sensación indescriptible, es algo con lo que llevas soñando mucho tiempo. No sabía ni lo que hacer. Sinceramente, no me esperaba marcar en un derbi, es un partido muy especial y supone una alegría para mí. Yo he jugado muchos derbis en categorías inferiores y marcar un gol aquí es algo increíble", expresaba el joven futbolista.

Su incidencia en el equipo cada día es mayor. Soler no tiene miedo y, mientras otros jugadores rehuyen de la primera línea, él asume responsabilidades como si llevase a sus espaldas varios años en la élite. Es una de las claves de la mejora en el funcionamiento del centro del campo en particular y del equipo en general y eso ha provocado que se gane la admiración de la afición -coreó su nombre en el momento en que fue sustituido por unas molestias a la algura del gemelo- y también de sus compañeros. "Carlos es un jugador con mucha progresión, tiene una base familiar y una cabeza muy buena, hay que dejarlo crecer naturalmente. Es un jugador que ha entrado y hay que dejarlo crecer porque tiene un futuro brillante", decía Alves. Voro, por su parte, prefería valorar el colectivo: "Ha hecho un gran partido, es injusto resaltar a alguien porque el equipo ha hecho un gran partido, ha neutralizado los puntos fuertes del Villarreal. Sin balón y con balón". Su irrupción no tiene límites.