Salvador, entrenador milagro, míster normalidad, apagafuegos... Estos son los calificativos que Voro se ha ganado a pulso cada vez que ha tenido que acudir al rescate del Valencia CF. Si el equipo ha recobrado una respiración tranquila en la clasificación, ha sido de la mano del eterno hombre de club. La comparativa con los otros dos técnicos blanquinegros durante la temporada, Pako Ayestaran y Cesare Prandelli, resulta aplastante en favor del valenciano desde cualquier prisma posible. Por ejemplo, contabilizando los seis partidos de Liga a las órdenes del de l’Alcúdia, sólo tres rivales sumarían más puntos que el Valencia: Sevilla, Celta y Atlético. Voro tiene números de Champions, incluso, mejores en la suma de sus dos momentos que los del Real Madrid de Zidane o el Barcelona de Luis Enrique.

Hace un par de semanas Peter Lim decidió encomendar hasta final de curso la recuperación del equipo a Salvador González, Voro. La dificultad de dar en el mercado con un técnico que asuma el delicado contexto del Valencia y la experiencia vivida con el delegado para solventar la primera de las crisis de la temporada tras la destitución de Ayestaran empujaron hacia la apuesta por Voro. Entre las jornadas 5 y 7, con menos consistencia que en la actualidad, el equipo logró los primeros puntos de la campaña con el excentral al mando. En las cuatro jornadas anteriores el conjunto de Pako contó cada uno de sus partidos por derrotas. El Valencia pasó de colista a la décimo sexta posición tras las victorias ante Leganés (1-2), Alavés (2-1) y sufrir un 0-2 en casa con el Atlético.

Al día siguiente de haber perdido con los rojiblancos Cesare Prandelli se hizo cargo de la plantilla. El italiano disfrutó de dos semanas tranquilas de trabajo en la Ciudad Deportiva. Con el preparador de l’Alcúdia la plantilla había salido no sólo del pozo del último lugar, sino de toda la zona de descenso, acercándose a seis puntos de Europa. El grupo superó con Voro su primera crisis de ansiedad y el objetivo de principio de temporada, la clasificación Champions, aún no parecía menos imposible. El técnico italiano trató de introducir unas «pocas ideas básicas» en pro de un bloque más equilibrado y profundo. Los principios fueron positivos. Con la dinámica heredada el Valencia venció en Gijón y compitió de igual a igual con el Barcelona, pero aquella victoria de El Molinón acabaría siendo la única en la Liga con Prandelli de entrenador. La reacción no se confirmó en la gira de dos partidos en Galicia y todo acabó desmoronándose cuando el ex de Italia perdió la sintonía con el vestuario tras el discurso del «fuori». A la vuelta de las minivacaciones de Navidad Prandelli dimitió, según explicó, al haberse sentido «engañado» en la política de fichajes de Lim y la gestión del modelo de club. En el campo su Valencia se alejó a 16 puntos de los puestos europeos, diez más de la distancia a la que Voro se lo había dejado, y sin separarse ni una pizca del decenso. Décimo séptimo con un partido menos, el de la décimo sexta jornada en Mestalla ante el Madrid. Curiosamente, una posición idéntica hubiese ocupado el equipo en una clasificación ficticia que midiera sólo el periplo del italiano en la Liga.

Una vez más

Voro aceptó el reto de estabilizar al Valencia. El de l’Alcúdia ha sumado contra Osasuna (3-3), Espanyol (2-1) y Villarreal (0-2) siete de puntos. Sólo el Sevilla ha sido aún mejor en las últimas tres jornadas. La mejoría -sustentada en la normalidad táctica, la confianza ciega en el grupo, la rehabilitación de jugadores que rendían por debajo de lo esperado y en el estímulo de Carlos Soler- resulta más impactante que la experimentada en septiembre. Los resultados saltan a la vista. Voro y los suyos han alejado el descenso a seis puntos, la mejor renta en este terreno en toda la temporada. Además, la lejanía con Europa también ha menguado. El sexto, con un partido más, se sitúa 12 puntos por encima del Valencia.

Las cifras de Voro

En el conjunto de los 18 puntos que ha disputado con el Valencia en septiembre y enero sólo las superarían en esos seis partidos tres conjuntos entrenados por técnicos de reconocido prestigio en la Liga, el Sevilla de Sampaoli, el Celta de Berizzo y el Atlético del Simeone. En cambio, teniendo en cuenta el global de partidos de cada uno, el valenciano superaría en porcentaje de puntos sumados (72.2%) a los citados Simeone (61.4%) y Berizzo (47.3%), incluso, a Luis Enrique (71.9%). Sólo Zidane (79.6%) y Sampaoli (73%) le rebasan en esta faceta. Voro es el técnico de moda.