La revitalización de Luís Nani después de salir de su última lesión es uno de los factores del cambio que debe anotarse en el haber del entrenador del Valencia CF. Ahora el reto de Voro González es lograr que el futbolista portugués mantenga en el tiempo los niveles de rendimiento exhibidos en servicio del equipo frente a Espanyol y Villarreal. Esa es la razón por la que Nani, en compañía de Martín Montoya y Guilherme Siqueira, se entrenó ayer al margen del grupo y a menor ritmo bajo las órdenes del recuperador Jordi Sorlí. Voro, consciente del poder desequilibrante que puede dar Nani, lo cuida con el único objetivo de que ofrezca hasta final de curso una versión bastante más regular de la vista en la primera parte de la campaña 2016/17.

A principios de diciembre el jugador de Cabo Verde sufrió una importante rotura muscular que lo apartó de la competición durante un largo mes en el que se perdió los partidos ante Málaga, Real Sociedad, Leganés y Celta. En todos ellos los blanquinegros sólo pudieron ganar en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa. Nani no reapareció hasta el 9 de enero, día que jugó los últimos 20 minutos del fatídico empate a tres en Pamplona. A partir de ahí el aficionado valencianista ha visto un nuevo Nani. Un extremo más sacrificado en la tarea defensiva, menos individualista con el balón en el pie y un delantero incisivo que ha aprovechado, aún mejor, su especial habilidad especial para dar asistencias de gol.

Durante las dos últimas semanas el cuerpo técnico ha querido dosificar los esfuerzos en los entrenamientos del portugués de 31 años, un futbolista con el que, por su juego explosivo, debe limitarse al máximo cualquier riesgo de rotura muscular. La semana anterior Nani no completó las primeras sesiones y en esta el martes ya se retiró a falta de media hora. Ayer trabajó a intensidad menor junto a Guilherme Siqueira y Martín Montoya. El lateral brasileño se lesionó del tobillo en el partido ante Osasuna en El Sadar y desde entonces, pese a alternar entrenamientos al margen con el resto de compañeros, no ha vuelto a sumar minutos. Montoya, por su parte, se cayó del once contra el Villarreal por leves molestias en el gemelo, aunque participó en los últimos minutos del enfrentamiento con los amarillos. El plan fue evitar que forzase en los partidos modificados con el grupo y que el lunes en el Estadio Gran Canaria Martín esté en condiciones de ser titular.

Luís Nani es una de las caras del cambio, de esas piezas del Valencia que Voro ha potenciado en comparación con la anterior etapa con Cesare Prandelli. Frente a Espanyol y Villarreal el internacional portugués se asoció con los goleadores Montoya y Carlos Soler para romper las ´latas´ de los rivales. Dos asistencias que colocaron al equipo por delante en dos duelos vitales, dos victorias que han servido para encontrar la tranquilidad dentro del vestuario y entre los aficionados. Una perfecta jugada coral blanquinegra concluyó con Dani Parejo encontrando al luso en el extremo izquierdo, donde Nani colocó el balón en bandeja para la llegada de Montoya, que remató con clase a la escuadra. Una semana más tarde, en Vila-real, el ´17´ mareó con un par de bicicletas a Jaume Costa y aguantó el tiempo necesaria antes de cedérsela a Soler, autor de un gol sensacional con la zurda.

El campeón de Europa ha regresado con fuerzas renovadas: sigue entre los mejores asistentes de la Liga con cinco pases de gol -tres determinantes en los triunfos ante Leganés, Espanyol y Villarreal-. Pero, al mismo tiempo, el ex del United ha mejorado en otros parámetros tan importantes para el equipo. Antes de la lesión Nani era el atacante con menos porcentaje de acierto (3%) entre el top-10 que más veces remataba por partido-3,6 en su caso-. En los últimos dos encuentros, en cambio, el luso sólo contabilizó un disparo en cada uno y el doble de asistencias de remate. Otro aspecto que ha controlado a la baja es el número de regates, una acción que le había costado pérdidas peligrosas. Ahora se aprecia un Nani más participativo y solidario en las ayudas, tanto contra el Espanyol como el Villarreal superó su media de kilómetros por partido.