Jonathan Viera rebosa fútbol. Está en plenitud y eso se siente en su nivel físico, su mentalidad, su madurez y su forma de leer los partidos. Trabaja de la mejor manera, se cuida más que antes y afronta el mejor tramo de su carrera consciente de sus virtudes y también de los errores que ha cometido. Genio y figura, su carácter todavía le juega malas pasadas. Setién le mandó "al rincón de pensar" hace una semana; fue apartado y se quedó fuera de la convocatoria ante el Depor tras una acalorada discusión con el míster durante el descanso del Camp Nou... por el planteamiento táctico. Viera ha pedido perdón a todos y volverá ante el Valencia con ganas de reivindicarse. En una entrevista en La Provincia, el mediapunta ofreció su versión de los hechos y cerró filas en torno al compromiso del vestuario... su vestuario: "Mi gen competitivo y mi carácter me han jugado malas pasadas. Ya van muchas veces y debo corregirlo. Todos saben que jamás me gusta perder, ya sea el Barça o el colista. Me importa poco o nada que tengamos enfrente a Messi".

Jonathan es líder y ejerce como tal. Ha heredado el dorsal 21 de Valerón y es una referencia total en el equipo. Respeta a Setién pero también le exige: "El míster puede hacer lo que quiera, yo soy más de arreglar el problema en casa". Cuatro temporadas después de su fichaje por el Valencia, el canario ha explotado como uno de los centrocampistas creativos más importantes de LaLiga. Contar con él ahora sería un lujo. Entonces, faltó tiempo, confianza y estabilidad. El jugador tampoco es el mismo: guarda la esencia, pero tenía 22 años y era un animal de barrio. Todavía jugaba como una fiera en la playa.

Las Palmas es su sitio en el mundo y no tiene interés por cambiarlo. Disfruta y con eso basta. "Otra cuestión es que venga un equipo con 30 millones de euros y al club le interese vender", repite siempre. Lopetegui tiene su nombre apuntado en la agenda como futurible de la Selección y está entre los futbolistas que más ocasiones generan por partido en las cinco grandes ligas de Europa. Determinante, Jonathan Viera son palabras mayores.

El contexto marca la diferencia. "Sólo hay una duda con él y es si sería capaz de hacer lo que hace en Las Palmas en otro equipo", asegura Braulio Vázquez. El actual director deportivo del Valladolid no falló el tiro cuando apostó por él para el Valencia. "Es un jugador de talento puro... aunque lo explotaba a cuentagotas. Se firmó con la esperanza de que pudiera repetir en Mestalla lo que demostraba en Las Palmas", recuerda Braulio. Viera no era un jugador perfecto, estaba por hacer, y había que exigirle sacrificio, disciplina y orden. Su calidad, desparpajo y entusiasmo eran indiscutibles. No cuajó. "Hacía cosas que otros no podían imaginar, Ernesto Valverde me decía que en los ejercicios de fútbol reducido era el mejor jugador del mundo", recapitula el director deportivo de la época. Sus recursos técnicos y su control son dignos de un número uno en fútbol sala. "Es un jugador hecho en la calle, de los que ya no hay", remarca Braulio. Esa naturaleza todavía se siente. "Tiene una personalidad especial, igual te tira un caño que se juega un penalti a lo 'Panenka'".

El Valencia apostó por Viera convencido de haber firmado al siguiente eslabón en la cadena de jugones canarios que reactivó Valerón y continuó David Silva. Era el mejor jugador joven de Segunda. Había tocado la selección Sub21con Luis Milla y cerró el curso 2011/12 con 29 partidos, nueve goles y doce asistencias. Números importantes que refuerzan su impacto en una categoría en la que futbolistas como Iago Aspas (23 goles en el Celta), Guardado -también fichado- o Fabián Orellana marcaron la pauta. En Las Palmas también brillaba otro crack... El tempo ha sido distinto en cada caso. "Vitolo ha demostrado que es capaz de marcar la diferencia en el Sevilla", describe Braulio.

El Granada tuvo un acuerdo con Las Palmas, pero Viera ya se había comprometido con el Valencia. Lo tenía claro. La apuesta fue compartida y la inversión de 2,5 millones de euros. Braulio llegó antes... si le hubiera dado más tiempo al jugador la competencia se hubiera multiplicado y también su cotización. Jonathan sigue recordando con cariño su etapa como valencianista. Su primera temporada correcta. Viera era novato en Primera y salía de casa con 22 años; participó en 26 partidos, con dos goles y cuatro asistencias. Con Mauricio Pellegrino jugó en las bandas, lejos del centro, sin libertad y obligado a hacer un despliegue sin balón para el que no estaba preparado. Hubo detallazos. En su estreno en Champions, ante el Bayern, lanzó un caño a la primera de cambio y puso la asistencia para el gol de Haedo Valdez. Ernesto Valverde entendió mejor su idiosincrasia, pero la carrera por alcanzar la zona Champions y un once fijado en torno a futbolistas como Banega, Piatti, Feghouli o Jonas -que jugó mucho por fuera- limitaron su protagonismo.

No le utilizó más por las circustancias. Necesitaba rodaje y el Rayo, de su querido Paco Jémez (con quien debutó en Las Palmas), reclamó su cesiónPaco Jémez ... el sabor final fue agridulce. Hizo méritos, pero no era considerado. En su tercera pretemporada fue máximo goleador, pero ya no estaba Braulio y las prioridades de Nuno Nuno para la posición pasaban por André Gomes o De Paul. La cesión al Standard de Lieja belga le dejó congeladoStandard de Lieja . No cuajó y en enero buscó el calor de Las Palmas. Ese mes de junio hacía historia como figura del regreso de la UD a Primera. Con Setién y rodeado por Roque, Vicente Gómez o Tana ha llegado la explosión, por continuidad y rendimiento. Es el momento Viera.