La última convocatoria de la selección española Sub’16 no tiene representación valencianista. El único jugador que figuraba en la lista era Nabil Touaizi, que ya entrena con el Manchester City después de abandonar Paterna, toda vez que el club no encontró argumentos para convencerlo de que se quedara.

Por desgracia, esa tendencia no acaba en la Sub’16. Descontada la Sub’21, donde el Valencia contribuye con tres de sus jugadores profesionales, si se repasan las categorías inferiores de la RFEF el panorama es desolador: el club ha perdido el peso que había ganado tiempo atrás en la Roja -un escenario que puede tomarse como la representación de la calidad del trabajo en cantera- y únicamente aporta dos activos a la Sub’17 -Ferran Torres y Hugo Guillamón- y otro a la Sub’19 -Fran Navarro-, si bien este ya no ha sido citado en la última lista.

El Villarreal, en contraste, está presente en todas las categorías: aporta dos a la Sub’16, tres a la Sub’17, tres a la Sub’18 y uno a la Sub’19. La Academia está involucionando. La gestión de Meriton en el Valencia también ha hecho descarrilar a la cantera... Así es la caída de un modelo.

Paterna va mucho más allá de la irrupción de Carlos Soler, un talento elocuente para los técnicos pese a su progresión silenciosa. Un reflejo de ello es que la presidenta Layhoon hace tiempo que dejó de utilizar la Academia como ingrediente de sus discursos y la prueba del algodón es el escaso impacto que tiene el club en la selección.¿Por qué?

La RFEF precisa de información constante y detallada de los clubes, necesita que estén encima de ellos. A veces no basta con lo que sucede en el césped para tener presencia en la selección. Mientras Rufete, como Manager de la Academia, mantenía un contacto que permitía el intercambio de información con los seleccionadores Luis de la Fuente o Santi Denia -alabaron públicamente su modelo de Academia, del que ahora, bajo la dirección de Alexanko y Luis Vicente, no queda más que la nostalgia- y llevó a Paterna a Del Bosque y Ginés Meléndez, los dirigentes actuales han dado con un panorama incierto que provoca que los técnicos de la Roja transmitan su preocupación a los canteranos del Valencia en las conversaciones que se mantienen en privado.

(Esta fotografía, tomada en 2014, sería impensable ahora, se ha perdido el prestigio ganado en la RFEF en los últimos años: el club apenas aporta futbolistas a la selección. J.M. López)

Preocupación en la RFEF

Uno de los problemas -responde esto también a la salida de Nabil- es que la cadena de captación, formación y promoción ha dejado de funcionar como solía hacerlo. Lo ven los jugadores, lo ven los agentes y lo ven los padres. También los seleccionadores, que les transmiten que aprieten a sus clubes para que les dejen jugar en categorías superiores a las que juegan porque a la hora de elaborar las listas ese es un aspecto decisivo para la RFEF. A la hora de competir contra Portugal, Inglaterra, Francia, selecciones que tienen jugadores superiores físicamente, muchos procedentes de África, en la Roja prefieren echar mano de jugadores con el indicado bagaje competitivo para igualar el nivel de exigencia. Por ese motivo y por la falta de continuidad hay bastantes futbolistas que han dejado de ir a la selección: se ha cortado su progresión. En los últimos dos años la caída es evidente. Nada más aterrizar en la Academia -verano de 2013-, Rufete puso en marcha un proyecto para relanzar Paterna con su estructura y su ideario. Entonces el Valencia no tenía apenas representación y su objetivo era colocar dos futbolistas por categoría en la selección.

El Valencia, en 2015, aportaba un caudal considerable de jugadores: Badal se convirtió en la referencia de la defensa de la Sub’16, Iván Chapela llegó a ir a una fase de un Europeo y Julio Peris y Vicente Esquerdo asistían de forma más puntual. Ninguno de ellos sigue yendo a la selección. Fran Villalba era el líder de la generación ‘98 en la Sub’17 y Fran Navarro el goleador. Juntos disputaron el Europeo de Eslovaquia. El primero, a pesar de que ya ha debutado en la élite, tiene un rol secundario en el filial y el segundo, que por progresión debería de estar compitiendo ya en el filial, tampoco es titular en el Juvenil División de Honor, algo que ha provocado que el levantinista Joel Rodríguez, que compite en Segunda B, le haya quitado el sitio.

A la Sub’18 asistían Toni Martínez -se marchó a la Premier-, Lato y Javi Jiménez, que dejó de ir porque en su último año de juvenil compitió en División de Honor en lugar de dar el salto al filial. Posteriormente se uniría también Carlos Soler. En la Sub’19, Antonio Sivera era fijo bajo palos -pasó un año sin competir en el Mestalla- y Mikey Fernández -sin sitio en el filial, ahora cedido al Eldense- asistía con frecuencia. No solo los que eran fijos han dejado de ir a la selección.

El problema no es de dinero

También otros como Centelles o Gonzalo Villar se han caído y las nuevas generaciones apenas aportan. El Valencia ha reducido el presupuesto para cantera -la comparación con el Villarreal, que foguea a sus jugadores en dos filiales y tres juveniles, por uno y dos del Valencia, no se sostiene- y se muestra poca sensibilidad en la toma de decisiones sobre la promoción de talento. Kangin Lee y Nabil, dos nombres en boca de todos, están viéndose afectados. El primero ya está en Manchester. Al segundo lo quiere el Madrid. La temporada pasada, en su primer año, destacaron en el Cadete Fundación de Autonómica. El ‘9’ marcó 24 goles. Este año, pese a haber demostrado el nivel, competía en la misma liga. ¿El problema? No es una cuestión de dinero.