La imagen habla por sí misma y es la de todos los jugadores que defendían la jugada reclamando con los brazos en alto al juez de banda el fuera de juego de Alexandar Katai. Hubiera sido posición antirreglamentaria muy clara de no ser porque a sus espaldas, Joao Cancelo es el único que se había quedado inmóvil habilitando la acción del delantero en lugar de salirse para anular la acción ofensiva del Alavés, como pudieron comprobar poco después al darse la vuelta y comprobar la posición del portugués.

Es la jugada que significó el 2-1 para el equipo vitoriano, un gol y una derrota que devuelven al Valencia a su realidad de toda la temporada después de dos victorias seguidas y un partidazo prácticamente sin errores ante el Real Madrid.

La jugada que significó el gol de la derrota en Mendizorroza venía curiosamente de una acción en la que el Valencia tuvo su única posibilidad de adelantarse de nuevo en el partido, en una jugada en la que Zaza se desequilibró y acabó en el suelo cuando tenía una posición de ventaja para encarar el área rival. A partir de ahí, el gol lo cocinó Rubén Sobrino y se lo comió Katai, los dos jugadores que había puesto en loa fase final Pellegrino para intentar cambiar el choque.

Antes, la acción del primer tanto del Alavés también vino precedida de una mala decisión defensiva, en este caso de Abdennour, que despejó de cabeza en dirección a su propia área un balón colgado desde muy lejos que no llevaba más peligro. El Valencia vuelve a las andadas con errores defensivos que cuestan puntos.