Afirma el sociólogo especialista en deporte Ramón Llopis-Goig que la venta del Valencia a un empresario de Singapur no afecta a la identificación del aficionado con su club ni al sentimiento, aunque sí el hecho de que el equipo no juegue bien o el club no fiche buenos futbolistas. Interesante reflexión en el marco del Congreso de Fútbol organizado por la Universidad Católica de València y la Universidad del Sudeste de Noruega que se celebra estos días.Congreso de Fútbol Universidad Católica de València y la Universidad del Sudeste de Noruega

«Que el dueño del Valencia ya no sea valenciano, ni tan siquiera español, no ha afectado a la afición a la hora de identificarse con el club. El aficionado no quiere saber nada ni de deudas ni de situaciones financieras. Se limita a considerar que el dinero lo tiene que poner el dueño», ha explicado respecto a la llegada del inversor asiático Peter Lim este profesor de la Universitat de València, quien considera que al haberse convertido el fútbol en un espectáculo de consumo, lo que la afición quiere es ver buenos partidos y que su equipo fiche buenos jugadores. De hecho, según los estudios, «la identificación con un equipo (66,8% de la población) es incluso mayor que la del interés por el fútbol, que es de un 54,3 %», lo que hace que mucha gente, sin gustarle el fútbol, desea que gane un determinado equipo.

Ramón Llopis-Goig, autor de libros como ´Correr con cabeza´ o ´Groove Armada´, explica que «él (Lim) lo ha comprado, pero el Valencia es nuestro, así lo consideran la mayoría de los aficionados. Lim está en Singapur pero el estadio está aquí y el escudo es de nuestra propiedad. De hecho, el abonado sigue diciendo que es socio, cuando ya no lo es y aunque se engaña a sí mismo, lo hace porque considera que tiene poder para echar entrenadores».

La investigación del sociólogo valenciano confirma que, con el 32,8% y el 25,7% respectivamente, los clubes con mayor número de simpatizantes son el Real Madrid y el Barcelona. El Valencia ocupa el tercer lugar con sólo un 5%, prácticamente igual al que Atlético y Athletic de Bilbao. «Las astronómicas cifras de Madrid y Barça son consecuencia de la proliferación de espacios televisados sobre fútbol en los que, ya que mandan las audiencias, se centran en esos dos equipos. Por eso la brecha no hace más que aumentar, lo que es muy malo para el fútbol», concluye.