El Valencia CF en el Calderón es Kempes por encima de todo. La final de Copa del Rey de 1979, conquistada ante el Real Madrid, es uno de los puntos esenciales en la historia del club y de una etapa de resurgimiento en la que se conquistaron consecutivamente Recopa y Supercopa de Europa. La camiseta de la Senyera, los dos goles de Kempes, las tracas en una grada abarrotada (70.000 espectadores) y la explosión -inigualable- que supone ganar al Madrid en la capital. Todo símbolos. Pepe Carrete recogió el trofeo en el palco de manos de Juan Carlos I y futbolistas como Arias, Bonhof o Saura entraron en los sagrados textos. Imposible olvidar el once con Manzanedo, Botubot, Cerveró, Castellanos, Solsona y Felman. Más Tendillo, que entró desde el banquillo. El Valencia ha peleado en dieciséis finales de Copa y las dos que ha disputado en el viejo Estadio del Manzanares la ha resuelto con éxito. Pleno. El Atlético estrenará la próxima temporada el Wanda Metropolitano y la jornada supondrá la despedida del escenario donde se conquistó el último galardón: el título de Ronald Koeman (2008) y la única huella laureada para figuras como Villa, Silva, Mata o Albiol.

La Copa de la Senyera marcó a una generación. Es una fotografía imprescindible en aquel cambio de década (1970-80). El Valencia superó a Barça, Alavés y Valladolid camino de la final. El Madrid llegó muy mermado por las lesiones, Santillana tuvo que retirarse antes del cuarto de hora y Wolff falló un penalti con 1-0. El Valencia aprovechó el contexto, golpeó primero, resistió (con balones al palo) y terminó matando en la recta final con Kempes, otra vez. Se puso fin a ocho años de sequía. Rangers, Barça (campeón vigente), Nantes y Arsenal fueron superados en la Recopa de la siguiente temporada. La competición de los campeones de Copa. Era otra Europa.

Una gran generación

La última final de Copa, ante el Getafe de Laudrup y jugadores como De la Red, Granero, Casquero o Cata Díaz dejó eliminatorias de nivel ante Real Unión de Irún, Betis, Atlético y Barça. Milagro a milagro en una temporada donde Koeman llegó por Quique con el equipo en zona Champions y terminó destituido...metido en la pelea por no descender y jugadores como Albelda, Angulo y Cañizares apartados, hasta que Voro los recuperó. Mucho lío y mucho talento. Sólo hace falta ver los nombres.

Un penalti para la historia

Incluso en ese campaña, el Valencia no pudo ganar al Atlético en el Calderón (1-0 en la ida, 3-2 en Madrid), aunque el resultado en Mestalla valió el pase. El Manzanares es sinónimo de títulos en clave valencianista, pero también de derrotas y polémicas enormes. La brecha abierta en las últimas temporadas ha sido insoportable. Cuatro eliminatorias de Copa del Rey, una superada (2008), cuatro partidos, tres derrotas y una victoria (goles de Fernando y Viola), que no sirvió para pasar ante el Atlético del ´Doblete´.

En Europa, Valencia y Atlético sólo se han cruzado dos veces en la etapa Calderón/ Manzanares, las dos en el marco de la Europa League. La última, en abril de 2012. El equipo de Simeone se llevó la final ante el Athletic de Bielsa, pero antes trituró al Valencia de Unai Emery (4-2) en Madrid con goles de Adrián, Miránda y Falcao, por dos. Jonas y Ricardo Costa dieron un poco de vida al choque de vuelta.

Todavía vivo sigue el recuerdo del triste arbitraje vivido dos años antes en el Calderón. Con Quique en el banquillo colchonero y las fuerzas mucho más igualadas, el alemán Florian Meyer se comió un claro penalti de Juanito a Nikola Zigic en la recta final. El serbio terminó con la camiseta rota por el agarrón... pero no hubo justicia. El Atlético eliminó después al Liverpool y volvió a ser campeón ante el Fulham. El penalti -no pitado- pudo cambiar la historia...o no. El Valencia juega su última final en el Calderón. El que pega el último, pega dos veces.