Indignado, enfadado, humillado, harto... Cuatro adjetivos, una sola muestra del estado de ánimo de cualquier valencianista después de la pésima imagen ofrecida por su equipo hace seis días en el Vicente Calderón. La paciencia de los aficionados con cada uno de los estamentos del club, desde el propietario Peter Lim hasta la plantilla de jugadores, ha comenzado a agotarse. Una hora y media antes del choque de este sábado con el Sporting la plataforma ´Por nuestro Valencia´ ha citado a quienes quieran a unirse a una pitada contra la gestión de Meriton y la actuación de un equipo que, por segundo año consecutivo, tiene al Valencia CF conviviendo con los clubes más modestos de la Liga. Lejos de la zona Champions, objetivo necesario para la supervivencia en la élite.

Este complicado contexto se resume perfectamente en la frase de Voro en la previa del partido de este mediodía. «Si el equipo no va a tope contra el Sporting, nos podemos ir todos a casa». Mestalla no admitirá un espectáculo esperpéntico como el vivido ante el Atlético de Madrid. No soportará otro día triste como el del 0-4 del Eibar. El Valencia, y Voro lo sabe, no puede elegir otro camino que no sea el de las victorias frente a Espanyol, Athletic y Real Madrid. Además, la exigencia lógica en un histórico en horas bajas obliga a que esa actitud positiva se traslade también a los partidos lejos de Mestalla. Un escenario, el de visitante, en el que el conjunto blanquinegro ha perdido fuelle peligrosamente desde el triunfo en Vila-real del 21 de enero.

Por fortuna, la mano del Voro entrenador ha recuperado parte de la fortaleza que el Valencia siempre había exhibido en su feudo de la Avenida de Suècia. Frente al Leganés se encadenaron tres victorias en casa por vez primera desde el mes de octubre de 2015, cuando se ganó a Granada, Málaga y Levante. Un año antes, en el curso 14/15, la afición pudo disfrutar de un Valencia radicalmente distinto al actual. En la temporada en la que Lim consumó la compra del club el equipo alcanzó la cuarta posición con 77 puntos -sólo uno menos que el Atlético, ahora a años luz- con series fantásticas de cinco y siete triunfos en Mestalla... todo un fortín.

La desprofesionalización que desde el verano de 2015 invadió a la entidad en sectores clave como la dirección deportiva y la toma de decisiones del máximo accionista depararon un club alejado tanto en lo deportivo como en lo económico -derechos de TV, abonados, patrocinios, presupuestos, etc.- de los lugares que le corresponden en España y Europa. Una realidad que hoy golpea a la ilusión de los aficionados y reduce la asistencia al estadio. Meriton sintió la ira del público en las derrotas ante Celta y Eibar y la crítica con pancartas antes de los encuentros con Espanyol y Athletic.

Este sábado, de 11:30 a 12:45, ´Por nuestro Valencia CF´ repartirá 996 silbatos «a todo aquel que no se sienta representado por esta directiva, que nos menosprecia y ningunea», escriben. Las protestas pasarán de la calle al campo, donde se ha propuesto una pitada a directiva y jugadores al inicio de cada parte. «Para el que no pueda conseguir silbato sigue en pie lo que propusimos la vez al anterior: pañolada al palco», añade el texto lanzado por esta plataforma de valencianistas descontentos con la gestión. En paralelo, desde el club se regalarán aplaudidores en un día en el que el principio de la segunda mitad coincidirá con la mascletà fallera.

Este sábado al equipo de Voro no le faltará ningún aliciente para salir con toda la energía a por tres puntos que, frente a un rival directo, le distancien casi definitivamente del descenso. De lo contrario, la tensión volverá antes de visitar al Barça en el Camp Nou. Es el día en el que Mestalla emitirá su veredicto tras la pobre impresión que el Valencia ofreció en el Calderón.