La sensación de desarraigo también cobra forma en los números. No es opinión, es ciencia. En los últimos cinco años (desde marzo de 2012), el Valencia ha alineado 90 futbolistas diferentes. Prácticamente el doble que Athletic Club o Real Sociedad en este mismo ciclo, que comprende seis temporadas. Una barbaridad. El desproyecto de Meriton y sus patrones aplicados se reflejan en esa cifra, con una carga de fondo mucho más potente de lo que parece. El dato refleja debilidad, fragilidad, agotamiento y falta de pasión. El resultado es una plantilla desestructurada, una colección de cromos (con más o menos calidad) que no encaja y no termina de tomar fuerza para competir. Por eso una mayoría termina acusando esa inestabilidad en su rendimiento. No es casualidad. Sentido de pertenencia, cero. Sentido de permanencia, cero. Crecer así es imposible. Es un punto más que explica la crisis total de la sociedad. Todos están de paso. El Valencia es el equipo vendedor por antonomasia. Hace diez años era el club -grande- que competía con los gigantes, luego involucionó a trampolín (el escenario donde triunfar o llegar a la Selección antes de dar el gran salto) y ahora no llega a incubadora.

El último informe del CIES Football Observatory sitúa al Valencia en el grupo de clubes "no estructurados" entre los 54 equipos que han tenido presencia fija en las últimas seis temporadas en las cinco grandes ligas (LaLiga, Premier League, Bundesliga, Serie A y Ligue 1). La primera plaza es para el Genoa con 137 alineados. En el polo opuesto están el Athletic, el Bayern de Múnich o el Borussia Mönchengladbach, con 55 jugadores utilizados. Para el CIES (centro de estudios para el deporte de la Universidad de Neuchâtel, asociado a la FIFA), esa política de turnover -rotación- constante es un reflejo de "una política de mercado especulativa". Destaca como los equipos que menos jugadores han alineado en este periodo son los que más éxito o más estabilidad transmiten: Arsenal, PSG, Real Madrid, Barça. Aunque aquí juegan factores determinantes como su poder económico.

El Valencia esta en el selecto grupo de equipos a la cabeza: puesto 15 en Europa, tercer escalón del podio en LaLiga, tras dos proyectos tan distintos como Granada y Sevilla. En la tabla aparecen clubes que se alimentan de su cantera -Atalanta o Rennes- que no pueden resistir el asalto de los euros o las libras, equipos lanzadera como el Udinese y gigantes -con dudas existenciales- que han cambiado de dueño y se han inventando y reinventado un par de veces en el último lustro como Inter, Fiorentina, Liverpool, Roma o Milan.

El reciclaje de Monchi

La presencia del Sevilla no debe equivocar la sustancia que atraviesa el informe. La diferencia con el Valencia es radical por objetivos, rendimiento, títulos y expectativas. El Sevilla tiene a Monchi, un director deportivo fuerteMonchi, que es garantía de un modelo y de una cadena de reciclaje en la que cada pieza se incorpora con la intención de que ofrezca un rendimiento superior a la anterior. Manda el fútbol. No hay más.

Los diez jugadores con más minutos en estos cinco años son: Parejo (227 partidos), Feghouli (197), Diego Alves (166), Pablo Piatti (162), Barragán (150), Jonas (143), Paco Alcácer (123), Javi Fuego (116), Mathieu (114) y Gayà (101). La columna vertebral tiene forma de serpiente. Construir líderes, crear referencias y mantener futbolistas que sean modelo autorizados para la plantilla e ídolos auténticos para la grada es imposible.

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