El valencianismo no olvida lo que sí parece haberse quedado encerrado en el baúl de los recuerdos del cuerpo técnico y los jugadores: las malas maneras del Barcelona en el partido de la primera vuelta en Mestalla a finales de octubre. Para Voro y a sus futbolistas, como reconocía el propio Martín Montoya en una entrevista, aquella herida ya cicatrizó. Ha pasado mucho tiempo según ellos. No tanto para la gente. A la afición le sigue escociendo las formas con las que los de Luis Enrique se llevaron los tres puntos. Dolió aquel gol ilegal a Messi con fuera de juego clamoroso de Luis Suárez, la roja que le perdonó Undiano Mallenco a Busquets, el ensañamiento con el que el Barcelona se cebó con Enzo Pérez por la lesión de Iniesta, pero sobre todo la soberbia y la falta de educación con la que los jugadores azulgrana, especialmente Neymar, insultaron y se mofaron de la grada en la celebración del tercer gol pasado el minuto noventa y, como no, de penalti. Y por supuesto tampoco se olvida el teatro de los jugadores del Barça después de que se lanzara una botella desde la grada que no impactó en ningún jugador y sin embargo provocó que hasta cuatro culés se dolieran del impacto. Una acción que generó parodias y la burla del fútbol español. Quedó clao que el Barcelona no supo ganar aquel día.

"¡Iros a tomar por culo!", gritaba desafiante Neymar

"¡Iros a tomar por culo!" mientras se encaraba con la grada de Mestalla. El brasileño provocó a la grada de animación y fue a raiz de su gesto cuando cayó una botella de agua vacía. "¡La concha de sus madres, hijos de puta!", decía un Messi fuera de sí. Todo menos valores. Igual de sucio fue el comunicado oficial del Barça en el que señalaba a Enzo Pérez por la lesión de Iniesta. En un parte médico sin precedentes se dijo que la lesión fue consecuencia de "una dura entrada" del argentino. Por todas esas faltas de respeto al escudo la afición quiere revancha. El partido de esta noche en el Camp Nou significa mucho para el valencianismo. La venganza es un plato que se sirve fría y hoy, sin duda, es una buena oportunidad para devolverle la moneda al Barça donde más duele: fastiándole la Liga en su lucha con el Madrid.

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El problema es que los jugadores viajaron ayer sin esa sensación de revancha. Voro y algunos futbolistas, como Montoya, reconocen que han pasado página y que si quieren ganar al Barça es por otras muchas razones. La primera y fundamental para ellos ofrecer una mejor versión que en el último desplazamiento al Calderón. El Atlético humilló al Valencia. La imagen de todos quedó muy tocada a nivel colectivo e individual. Los jugadores bajaron los brazos y Voro no está por la labor de que eso vuelva a suceder. Esta vez está prohibido desconectar. Podría tener fatales consecuencias y el vestuario lo sabe. No hay que irse muy lejos, el 7-0 del año pasado en Copa, para imaginárselas. La otra gran motivación «real» para el técnico es seguir sumando y poner más tierra de por medio con los puestos de descenso teniendo en cuenta que hoy se juega un Sporting-Granada. Lo que nadie quiere es salir más ´quemado´ de Barcelona. Con la ´cremà´ de esta noche en València ya hay bastante.