El Valencia tiene decidido apostar fuerte por Sito como uno de sus grandes valores de futuro a medio plazo. El atacante del Mestalla, por el que hay una negociación abierta ahora mismo para mejorar y extender su vinculación contractual, que acaba el 30 de junio de 2018, genera consenso absoluto entre los técnicos, que se frotan las manos ante la irrupción inminente de un talento atípico en el fútbol actual. Tras unos años en los que se abocó al peligro de extinción a los jugadores de regate puro, desborde y centro, ese ha vuelto a convertirse en uno de los perfiles más demandados. Sito encaja en esa descripción. Es un futbolista a la vieja usanza, de los que les gusta pegarse a la cal e imponerse a los rivales por velocidad. El alcoyano cotiza al alza por condiciones y por crecimiento. A sus 20 años ha cumplido una etapa en el filial, la Segunda B se le ha quedado corta y llegado el momento de plantearse qué hacer con su futuro, el club no duda: está dispuesto a impulsarlo.

El extremo es un producto de la casa. Llegó a Paterna con once años, siendo un niño, y se alojó en la residencia. Alejado de sus padres, naturales de Agres pero afincados en Alcoi, Sito ha ido progresando por las categorías inferiores hasta estrenarse en la élite. Fue Ayestaran el que le dio la alternativa en el último partido de la temporada pasada, ante la Real Sociedad. Jugó media hora, contrastó su potencial ante todo el mundo con una gran galopada y conectó de forma especial con André Gomes. En Paterna no sorprendía a nadie. Todos conocen su potencial.

Sin ir más lejos, nada más verlo, Rufete reconoció en él al nuevo Vicente Rodríguez: palabras mayores. El exmanager general de la Academia quedó fascinado por su potencia y su velocidad en carrera. Esas son sus dos mayores virtudes. Los que lo conocen destacan también la inteligencia. "Siempre ha ido por delante de su edad", describen en el club, trazando una clara desproporción entre su madurez y su documento de identidad.

Un capítulo superado

En 2014 Sito superó un obstáculo importante en su carrera. Se enfrentó a una espiral de lesiones capaz de desquiciar a cualquiera. Parecía que nunca tenía fin. Sin embargo, no se vino abajo y peleó para alcanzar su plenitud física con el objetivo de ajustar su rendimiento a las expectativas generadas. Su fragilidad preocupaba en el club. En medio de esa situación el canterano encontró la complicidad del Valencia, que no dudó de él en ningún momento. Ni Rufete, ni José Jiménez, ni Salvans. Al contrario. Se apostó por los mejores doctores especializados en la materia para dejar atrás sus lesiones. Sito viajó a Barcelona y fue intervenido de los isquiotibiales en una clínica de altísima confianza. Una operación complicada, que se había llevado a cabo muy pocas veces, y por la que habían pasado algunos futbolistas del Barça. Afortundamente todo salió bien y el extremo alcoyano salió reforzado de ese episodio.

Voro y Alexanko creen en él

Las lesiones son cosa del pasado, el jugador marca diferencias en Segunda B y su carrera demanda un salto. Está preparado para dar el siguiente paso y ahora el Valencia debe acertar cuál debe ser. En enero tuvo varias ofertas de equipos de Segunda pero el club le cerró la puerta de salida. Voro y José Ramón Alexanko confían en él, de hecho el técnico se lo llevó a El Sadar en su primer partido tras tomar las riendas del equipo, le dio los últimos minutos y lo eligió como sustituto de Fede Cartabia. Futbolista y club, en este sentido, van de la mano. Su vida está ligada al deporte las venticuatro horas del día, al punto que su novia, Isabelle Wallace, es una tenista profesional australiana que fue la sensación en el pasado BBVA Open Ciudad de Valencia, donde llegó hasta las semifinales.