La suplencia de Simone Zaza en el Camp Nou no solo atiende a un plan sobre cómo jugarle al BarçaSimone ZazaCamp Nou. Voro, que quiso echarle un cable al italiano protegiéndolo en su comparecencia de prensa posterior al encuentro, ajustó su argumentación en torno a ese respecto pero hay otro motivo que el de l´Alcúdia prefirió no revelar en público. Y es que el cuerpo técnico le exige más a Zaza, cree que puede rendir en el campo mejor de lo que lo está haciendo hasta la fecha. Su sacrificio es incuestionable. Su intensidad y su agresividad se notan en el equipo. Lo que preocupa es que en los últimos cuatro partidos apenas ha generado ocasiones de peligro. Se han analizado sus partidos en vídeo, de forma detallada, y se ha llegado a la conclusión de que el futbolista tiene que aportar un plus al equipo, no solo se trata de rematar jugadas. El cuerpo técnico, además, considera que está cayendo demasiadas veces en fuera de juego.

Son errores que se han detectado y en los que los técnicos van a focalizar el trabajo en las próximas dos semanas, aprovechando que no hay competitición. El objetivo es recuperar la mejor versión del futbolista para que a la vuelta del parón liguero sea más importante de lo que lo es ahora mismo. Hay margen de mejora y Voro va a trabajar con él. Su ausencia ante el Barça fue, en definitiva, un toque de atención por parte de los técnicos para que el italiano comience a ser consciente de que no basta con su contribución de los últimos partidos. También se espera de él que sea más resolutivo. Zaza debe aumentar su impacto en el juego colectivo del equipo y convertir las ocasiones en goles con más asiduidad. No ve portería desde el partido ante el Real Madrid. Dos goles no son suficientes, debe incrementar sus cifras para relanzar al equipo, y es responsabilidad del cuerpo técnico gestionar de la mejor manera posible este trabajo para que la sequía no comience a pesarle.

Lo que buscaba el técnico

Voro buscaba en el Camp Nou la movilidad en transiciones rápidas y un delantero que cayera a bandas para haer daño a la defensa de tres centrales del Barça. Por eso decidió sacar a Munir en el once inicial como delantero. El partido demuestra que el técnico acierta con el planteamiento, el problema es que Munir no logra concretar la jugada en la mayoría de jugadas de peligro que pasan por sus botas y el partido cambia por completo tras la expulsión de Mangala. En la segunda parte al Valencia no le quedó otra alternativa que no fuese la supervivencia. Dio dos paso atrás, replegándose, para castigar al Barça a la contra. Era el único argumento posble ante un rival de tanto potencial. Sin embargo los de Luis Enrique, que atacan con muchos hombres por delante del balón, acabaron aparcando al equipo dentro de su portería.