El Antonio Puchades de la ciudad deportiva de Paterna se quedó pequeño para acoger el partido de Segunda División B entre los filiales del Valencia y el Barcelona. El estadio, con capacidad para 1.800 personas sentadas, se vio desbordado por el gran número de aficionados que se acercaron al campo aprovechando el nivel del partido -primero contra tercero- y que este fin de semana no había fútbol en Primera División. El club se vio obligado a cerrar las puertas del Puchades, una vez empezado el partido, por motivos de seguridad.

El club permitió la entrada de aficionados para que siguieran el partido de pie hasta que se llegó a un tope de 2.500. Fue entonces cuando la seguridad del club decidió que era peligrosa la entrada de más aficionados y cerró las puertas del campo. El problema es que mucha gente se quedó sin entrar. Entre ellos socios que tenía la entrada gratuita con el pase, pero también público general que había comprado su entrada de tres euros. El Valencia se ha disculpado con todos los aficionados que se quedaron a las puertas del Puchades y toma nota de cara, sobre todo, a la posible disputa de la promoción de ascenso a Segunda División. No se pueden jugar más partidos de esta magnitud en el Puchades. El club ha aprendido la lección. Deberán jugarse en Mestalla por el bien de todos.