Mateu Alemany ha asumido el cargo de director general del Valencia CF este lunes. Pronto el dirigente balear, expresidente del Real Mallorca, heredará uno de los problemas más graves que puede atacar a cualquier entidad deportiva: la pérdida de calado entre su propia afición. SUPER ha confeccionado un completo estudio de la asistencia a los 20 estadios de Primera División y las conclusiones son negativas para la entidad de Mestalla. Los resultados en las dos últimas campañas han provocado que el Valencia también se haya situado a la cola en lo referente a la capacidad para llenar el estadio. El blanquinegro, un club históricamente acostumbrado a presentar cada 15 días una de las mejores entradas del país, ha experimentado un significativo retroceso en este terreno. Sólo Las Palmas, el Celta y el Espanyol cuentan este curso 16/17 con un uso del aforo inferior al 67% de Mestalla.

El Valencia CF no engancha ni en casa ni como visitante. En menos de dos años el club se ha ido alejando de los grandes en multitud de parámetros -presupuesto, ingresos por competiciones europeas, televisión, patrocinios, etc.- y también lo ha hecho con el melancólico aspecto de sus gradas en los partidos no considerados grandes. LaLiga experimenta en términos generales un crecimiento sostenido de afluencia en las últimas campañas, una tendencia que contradicen diez clubes, pero el Valencia de forma más triste y evidente. Dos temporadas en la zona medio-baja de la tabla han producido un claro sentimiento de desencanto entre los seguidores. A día de hoy existen 12 clubes por encima del porcentaje de asistencia de la competición (74%), un lugar en el que siempre había estado con orgullo la afición valencianista, pero del que ha caído estrepitosamente, testigo de uno de los peores momentos de la historia en materia de resultados y gestión deportiva.

Fuentes del Valencia sitúan el aforo útil de Mestalla entre los 52.000 y 53.000 espectadores, a pesar de que en la página web se informa de una capacidad para 55.000 espectadores. Desde que se logró en el curso 14/15 en ningún partido posterior la entrada en el coliseo de la Avenida de Suècia ha llegado a 50.000 personas. Aquella temporada acabó con una media de asistencia en torno a 45.000, pero desde entonces la fuga de fieles en el estadio no ha parado. La pérdida se cifra ya en alrededor de 10.000 personas de media. La campaña pasada la media quedó en 37.333, en diciembre de 2016 en 36.362 y ahora, tras 13 partidos en Mestalla -por donde ya han desfilado Atlético, Barcelona y Real Madrid- en 35.308. La dinámica avista el riesgo de que a final de curso clubes como Sevilla y Betis también superen en sus feudos la cantidad de espectadores de los blanquinegros.

Actualmente, con la intención de paliar esta crisis de asistencia, el club mantiene uno de los precios de entradas -no contando las zonas VIP- más asequibles de la Liga. Las entradas a la venta para el partido del 2 de abril frente al Deportivo oscilan entre los 10 y 50 euros. La no uniformidad de horarios, una cantidad considerable de partidos en días laborables, la televisión y los precios de las entradas -bastante más caras que en países en los que la clase media goza de mayor poder adquisitivo, como Alemania- provocan que la Liga aún camine lejos del éxito de afluencia en la Bundesliga y la Premier. Curiosamente, motivada por la fama de que los ingleses disponen de las localidades más caras de Europa, la Premier ha confeccionado recientemente un informe, apoyado por la auditora Ernst & Young, en el que asegura que excluyendo los tiques VIP (4%) el precio medio para ver el fútbol en Inglaterra es de 35,5 euros.