Hace tiempo que los actos de fe son difíciles de asumir en el Valencia CF. Ya no se trata de quien quiere, sino de quien lo demuestra. La acción de Álvaro Medrán en el Nuevo Los Cármenes vale como ejemplo. El ´medranismo´ ofreció una prueba de vida limpia ante el Granada. Después de nueve partidos entre el banquillo y la grada -y de participar unos pocos minutos ante el Celta en Mestalla-, el centrocampista regresó al once con éxito. No estaba entre los titulares desde el desastre de Eibar (0-4). Medrán rozó las 100 intervenciones entre pases, interceptaciones, entradas y ocasiones generadas. Fue el futbolista líder en la recuperación (nueve) y el número uno en pases (85) por delante de Dani Parejo, el mejor en pases en el último tercio de campo (17/ 23) y el tercero en distancia recorrida, sólo por detrás de Lato y Carlos Soler. Las carencias del equipo local colaboraron, pero su actuación merece el notable. Pocos errores, muchos aciertos.

Medrán -23 años- reivindicó su capacidad para sumar en este Valencia, cuestión que estaba en duda. Tras el partido aseguró que ha habido momentos en los que la situación le ha superado. No encontraba explicación para su suplencia continuada. «Me hacían falta minutos, yo siempre entreno bien e intento aportar el máximo», declaró después del encuentro. Voro no daba con el momento para recuperarle... hasta Granada. El míster de l´Alcúdia pudo optar por cualquier otra fórmula, pero frente a la baja de Enzo Pérez, apostó por mezclar a Medrán con Parejo y Soler. Funcionó, con el centrocampista de Dos Torres como apoyo esencial y elemento más próximo a la defensa (como refuerza el mapa de calor y su zona de recuperación), aunque no hubo pivote defensivo al uso. Medrán y Parejo interpretaron la coreografía perfecta del doble ocho. El Valencia jugó cómodo y sometió a un adversario trivial. La apuesta mete presión a jugadores como Munir y Orellana. No sólo por Medrán -que tiene difícil mantener su presencia en el once con el regreso de Enzo Pérez-, también por Santi Mina, que ofreció intensidad y gol, dos valores ajenos para el chileno y el hispano-marroquí.

La actuación de Medrán va más allá de la titularidad. El centrocampista demostró que puede sumar y sí que ganó posiciones en la rotación. El primer escalón pasa por volver a participar con regularidad y tener minutos con frecuencia. Ser el jugador número 14-15 (porque se ha llegado a quedar fuera de la convocatoria por decisión técnica), una primera alternativa al triunvirato Soler, Parejo, Enzo Pérez. Le faltó ritmo -lógico después de la inactividad- y le sobraron ganas.

Momentos difíciles

La derrota ante el Eibar en Mestalla marcó a varios futbolistas. Aquella jornada, el centro del campo no supo contrarrestar al trío Dani García, Escalante, Adrián. Sin Enzo y sin Parejo, Soler terminó expulsado (por un manotazo), Medrán fue superado y Mario no existió. Hubo toque de atención. Soler también perdió la titularidad. Mario, baja problemas físicos ante Barça, Depor y Celta, volvió a la convocatoria en Granada... pero no jugó. La película fue diferente en Los Cármenes, con Soler y Parejo, ante Andreas Pereira, Wakaso, Uche Agbo y después Samper.

Álvaro aprovechó la oportunidad para reivindicarse, como Mina o Lato, aunque cada caso es distinto. Medrán está tierno para llevar el peso del centro del campo del Valencia y en muchos momentos la (terrible) situación le ha devorado. Otra cuestión son sus cualidades. Las tiene, como demostró en Granada. La confianza es vital. «Ha sido difícil... yo he entrenado al máximo, intentando aportar, pero no llegaban las oportunidades». No ha sido fácil ni va a serlo, pero Medrán ha decidido no rendirse.