"Hay que darlo todo. No es lo mismo quedar el diez que el quince". Fue el mensaje de Mateu Alemany en su primera aparición en el vestuario. Desde ese día, casualidad o no, el Valencia no ha perdido. Tres victorias contra el Deportivo, Celta de Vigo y Granada y un empate ante al Sevilla. Una de las motivaciones del equipo, al menos de algunos jugadores y técnicos, precisamente es acabar la Liga entre los diez primeros de la clasificación. La décima plaza es factible y sería un mal menor para una primera parte de la temporada para olvidar entre Ayestaranes y Prandellis. Acabar el décimo no es fácil, tampoco maquilla ni es consuelo de nada, pero está al alcance de la mano de los de Voro en las últimas seis jornadas contra Málaga, Real Sociedad, Madrid, Osasuna, Espanyol y Villarreal. En un final de campeonato sin motivaciones esta es una. Quedan 18 puntos en juego y el equipo está a cuatro de un Celta de Vigo con las semifinales de la Europa League por medio y un partido menos: el aplazado contra el Madrid.

Voro lanzó un mensaje a la plantilla en esa dirección ayer en rueda de prensa. El técnico apela a quedar lo "más arriba posible" de la tabla para que el sabor de boca de la temporada no sea tan amargo y hace un llamamiento a sus jugadores para que no se dejen llevar en estas seis jornadas y «dignifiquen el escudo» hasta final de temporada. Algo que de momento ha conseguido como demuestran los resultados. «Todos queremos que el Valencia quede lo más arriba posible. Lo importante es que los jugadores dignifiquen el escudo, que la afición esté al lado del equipo y que todos hagamos una piña. Todos tenemos que ponernos el mono de trabajo para que el Valencia sea más grande».

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Desgraciadamente para el club el equipo no ha sido grande hasta estos últimos meses de competición. Voro ha sido capaz de levantar al equipo y su objetivo es prolongar esta última racha de diez puntos sobre los doce últimos posibles hasta el final. El técnico, continúe o no que es lo que parece, quiere cerrar la Liga con buenas sensaciones por su orgullo personal, por el esfuerzo diario de su cuerpo técnico y jugadores y, sobre todo, por la salud del club al que ama y por una afición demasiada falta de alegrías este año a la que respeta y debe todo lo que ha sido como jugador, delegado a ahora técnico milagro. Voro ha dado mucho a los jugadores desde su llegad al banquillo. Los ha hecho mejores y los propios futbolistas también quieren dar un empujón a Voro en su carrera por el banquillo. Se han pronunciado públicamente y queda claro que también en el campo. Voro es su candidato número uno. No parece así para Mateu. Ambos no pararon de hablar durante el viaje. Estando Voro por medio no habrá problemas.

El problema para Voro hoy se llama Málaga. Los de Míchel cayeron contra el Depor en la última jornada, pero regresan a La Rosaleda con el recuerdo de su victoria ante el Barcelona. ¿Qué equipo se verá? Es la gran incógnita. Lo que está claro es que se verá un equipo, el de Camacho y Fornals, que buscará resarcirse ante los suyos de la mala imagen ofrecida en Riazor y apuntalar su permanencia. Hay partido.