El Valencia visita el estadio de La Rosaleda para enfrentarse al Málaga e intentar acumular cinco jornadas sin conocer la derrota y escalar posiciones en la tabla para terminar la temporada de la forma más digna posible, un objetivo que poco o nada tiene que ver con la intención que tenía el club valencianista cuando visitó el estadio ‘boquerón’ hace 15 años, nada más y nada menos que conquistar un título de Liga que dio paso a la mejor época de la historia del club de Mestalla.

En el estadio de La Rosaleda, que por aquel entonces se encontraba en obras de remodelación, el conjunto que dirigía Rafa Benítez venció por 0-2 con dos goles que siempre permanecerán en la memoria del valencianismo, obras de Roberto Fabián Ayala y Fabio Aurelio. Una victoria que fue la culminación de una Liga que nadie esperaba conquistar cuando daba comienzo aquella campaña 01/02, y es que la pretemporada en aquel año fueron de las más duras que se recuerdan para el aficionado valencianista.

La herida de la derrota en la final de la Champions en San Siro ante el Bayern en aquella fatídica tanda de penaltis aún sangraba, fue un golpe del cual parecía que ni la afición ni el propio club serían capaces de sobreponerse. A todo ello se sumaba que el Valencia perdería ese verano al entrenador que le había llevado dos veces a tocar con los dedos la ‘orejona’, Héctor Cúper, su presidente, Pedro Cortés y a su capitán y estrella, Gaizka Mendieta, que puso rumbo a la Lazio. Con esta sucesión de duros golpes para el valencianismo parecía una utopía que el equipo fuese capaz de reponerse y cosechar más éxitos. Además, la llegada al banquillo de Rafa Benítez, un técnico semidesconocido que venía de ascender a Primera División con el Tenerife y una serie de fichajes de jugadores que no despertaban expectación en el aficionado como fueron Marchena, Rufete, Salva Ballesta y Mista, no ayudaban a creer en ello.

Con todo esto, la liga daba el pistoletazo de salida a lo grande, en Mestalla y ante el Real Madrid, con Zinedine Zidane como fichaje estelar junto a un grupo de jugadores bautizados como ‘los galácticos’, pero ni con todo eso fueron los madridistas capaces de vencer al Valencia, gracias al tanto de Miguel Ángel Angulo que dio los 3 puntos al conjunto valencianista, siendo también muy recordado el marcaje de David Albelda a Zidane en aquel partido, una actuación que le brindó ser uno de los nuevos ídolos del Valencia y ser un jugador muy repudiado desde la capital española.

Esa victoria en la jornada inaugural, no obstante, pareció ser un espejismo, pues el inicio liguero del Valencia no era muy alentador, con numerosos empates que alejaron al equipo de Benítez de la cabeza de la liga y con un juego poco convincente, el conjunto valencianista se plantó en Montjuïc en la decimoséptima jornada con Benítez en la cuerda floja, pero todo cambió a partir del descanso en aquel partido ante el Espanyol, el Valencia remontó un 2-0 adverso con dos tantos de Rufete y uno de Ilie. La dinámica del equipo cambió radicalmente.

Desde ese momento, el conjunto ganó en solidez, apenas concedió puntos y llegó a la recta final de la liga en un gran estado de forma, el partido disputado en Mestalla ante el Espanyol fue la prueba de fuego. Tras la expulsión de Carboni el estadio valencianista llevó en volandas a su equipo, que logró remontar con dos tantos de Rubén Baraja, culminando una de las noches más mágicas que se recuerdan en Mestalla. De este modo llegó el partido de La Rosaleda con el Valencia aventajando al Real Madrid en cuatro puntos a falta de seis por disputarse, el conjunto valencianista tenía en Málaga la oportunidad de proclamarse campeón de Liga 31 años después, culminando una de las mayores gestas en el fútbol español de los últimos tiempos y dejando atrás el mal sabor de las dos finales de Champions perdidas.

En Málaga se culminó el éxito

Con este panorama se presentó el Valencia en La Rosaleda un 5 de Mayo del 2002, el partido empezó a las 8 de la tarde. El conjunto de Benítez, que aquel mágico día jugó con su equipación totalmente naranja, alineó a Cañizares en portería, defensa con Curro Torres, Pellegrino, Ayala y Fabio Aurelio, doble pivote formado por Albelda y Baraja, con Rufete y Vicente en las bandas, con Aimar de enganche y Angulo en punta de ataque. A pesar de la transcendencia del encuentro el Valencia no flaqueó en ningún momento y selló la victoria por la vía rápida con un gol de Ayala marca de la casa, un potente cabezazo a la salida de un saque de esquina en el cual Contreras, portero del Málaga no tuvo ninguna opción. El segundo gol, al filo del descanso, fue obra del brasileño Fabio Aurelio tras una gran jugada combinada de los valencianistas, un tanto que tuvo suspense, ya que el colegiado del partido, Pérez Burrull, anulé en principio el gol por supuesto fuera de juego de Fabio Aurelio, tras un par de minutos en los cuales el árbitro y el asistente dudaron de la legalidad de la jugada, finalmente el colegiado dio validez al tanto, dejando un 0-2 que ya no se movería en el resto del encuentro.

Con el pitido final, se desató la locura del valencianismo, que asistía con asombro como su equipo volvía a coronarse campeón más de 3 décadas después con un conjunto de jugadores que basaron su éxito en la fortaleza defensiva, el bloque del equipo y su estado físico, dirigidos magistralmente por un entrenador que pocos meses antes tenía pie y medio fuera del equipo. Málaga vio a un Valencia campeón y desde ese momento pasó a ser ‘tierra santa’ para el valencianismo, junto a otros lugares como son Bruselas, Göteborg o Sevilla.