Carlos Soler crece en el campo a todos los niveles. Su personalidad a la hora de echarse el equipo a la espalda ha quedado más que demostrada en estos últimos cuatro meses. Tiene fútbol y temperamento para dar y tomar. Por eso es indiscutible en cualquier once titular de Voro. Sea cual sea su demarcación porque, además de joven, también es polivalente. Lo que se desconocía hasta ahora es su carácter para ponerse al frente de sus compañeros y protestar lo que consideraba una injusticia arbitral de Gil Manzano. El sábado sacó ese genio en el Bernabéu. Denunció el criterio del árbitro a la hora de sancionar con tarjeta amarilla dos de las cuatro faltas del Valencia en la primera parte, ante las faltas reiteradas de Casemiro al final de la primera parte, y fue el primero en protestar el penalti. Aún es muy pronto. Carlos acaba de empezar y no tiene peso dentro del vestuario, pero algún día dentro de algunos años será capitán. Apunta maneras de líder y si no que se lo pregunten a Gil Manzano.

Soler no se pudo contener y salió disparado hacia el árbitro cuando acabó la primera mitad en el Bernabéu. El canterano se encaró con Gil Manzano y sin faltarle nunca el respeto se tapó la boca con la mano para que los medios no descubrieran sus palabras. Lo que le estaba diciendo al árbitro no era que Casemiro había hecho cuatro faltas. Le estaba echando en cara que el Valencia solo había hecho cuatro faltas en los primeros 45 minutos -Montoya en el 9’, Parejo en el 21’, Lato en el 26’, el propio Soler en el 31’- y que dos de ellas las había castigado con amarilla. La de Dani y la de su amigo y compañero Parejo. Una diferente vara de medir con un Casemiro que hizo dos faltas en la primera parte, otras tres en la segunda y Gil Manzano solo se atrevió a castigar una en el minuto 51. Minutos después Carlos fue el primero en protestar al juez de línea el inexistente penalti de Dani Parejo sobre Luka Modric. Posteriormente lo hizo el propio Dani con el brazalete en el brazo izquierdo.

A Carlos Soler no le imponen los árbitros. Queda claro. Tampoco los grandes escenarios. El canterano ha jugado en pocos meses en tres campos ‘grandes’ de España y, al margen del Vicente Calderón en el que el Valencia decidió borrarse, ha sacado nota en el Camp Nou y el Bernabéu. Contra el Barcelona fue de los mejores y dejó para el recuerdo una asistencia al espacio al más puro estilo Iniesta o Xavi para que Gayà se metiera hasta la cocina y asistiera a Munir. También mostró personalidad contra el Real Madrid formando pareja en el doble pivote con Dani. Soler cometió alguna precisión en el pase que costaron pérdidas, pero aguantó el equipo y, lo más importe, tiró de él cuando el Valencia crecía en el partido y el Madrid empezaba a bloquearse.

Ha jugado en cinco posiciones

El sábado no jugó de ‘6’, pero sí fue el mediocentro más posicional en el doble pivote que formó Voro en el centro del campo. Soler está demostrando que se adapta a cualquier posición. Ha funcionado de ‘8’ organizando y entrando más en contacto con el balón y sobre todo de ‘10’ jugando por delante de Enzo y Dani y explotando su condición de llegador. Tampoco lo ha hecho mal en las bandas. Ya tiene experiencia en las dos. En la derecha, por ejemplo, cuajó una gran actuación en la derecha. Soler no tiene techo.