El de Benítez fue uno de los primeros mensajes de felicitación que recibió Marcelino García Toral. Le admira y trabaja para construir un Valencia parecido al suyo. Tiene las ideas claras y un informe "muy bueno" de Voro. En SUPER avisa. No perdonará al jugador que anteponga lo individual a lo colectivo. Su jugador diez reune talento, compromiso, rigor y sinceridad. Solo esos jugarán.

En su discurso inicial de la presentación

¡Joder! (ríe) A ver creo que soy una persona doble cara. Expreso normalmente lo que siento y para iniciar un proyecto lo inicio desde el convencimiento y desde la ilusión. Si no es imposible. Nada me obligaba a decir sí al Valencia. Las circunstancias, lo que escuchamos y la claridad de ideas que se nos expuso y una situación de partida de coincidencia en cuanto a los criterios fue lo que nos llevó a esto. Por eso estamos aquí. Empezamos este proyecto con muchísima ilusión.

Hay un par de gestos que también me llamaron la atención. Como, por ejemplo, cuando baja al vestuario y acaricia el escudo.

Sí, bueno... estamos muy ilusionados. Igual que hicimos con cualquier proyecto anterior que hemos iniciado ahora nos volcamos en este.

Y el último, más allá de la broma del césped, se queda mirando a la grada con un gesto de impresión.

Es que el estadio es impactante. Es un estadio en el que hemos venido en distintas situaciones y es un campo que siempre es difícil afrontar un partido. Por la entidad del Valencia, normalmente por la calidad de sus futbolistas y porque cuando esta afición está con su equipo... ¡lo lleva, eh! Lo lleva.

¿Usted eso lo has notado como rival?

Sí, sí. Después de aquel cero a cero contra el Valencia de Nuno sobre todo. Fue un comentario que hicimos con el cuerpo técnico una vez que acabó el partido y que íbamos de vuelta a Vila-real. Todos coincidimos en esa misma sensación. ¡Jolín cómo apretaba el campo!

En la rueda de prensa

Sí, porque creemos que es muy importante. Si no hay cohesión, si no hay compromiso, si no hay solidaridad, es que con solo talento nos demuestra en un equipo y en otro también, en una situación y en otra, que no se logran objetivos. Creo que partiendo de una base de compromiso sólida y arraigada dentro de un vestuario los objetivos se logran. El Valencia, en este caso hablando de este proyecto, seguro que va a tener un talento importante, pero el talento por sí solo en el fútbol actual no es definitivo de logro de objetivos. Hay que añadir ese compromiso, esa solidaridad en la idea de que tengo que hacer un esfuerzo por mi compañero porque él luego lo hará por mí. Hay que crear un ambiente positivo en torno a una idea de juego. Seguro que ese apoyo de unos con los otros hace el equipo equilibrado y competitivo. Algo que el Valencia no ha demostrado esta temporada de forma regular.

Mateu Alemany, de hecho, hace una referencia similar. Habla de implicación a la hora de confeccionar la plantilla. ¿Uno de los parámetros más importantes para las entradas y salidas va a ser la implicación?

Sí, sí, sí, está claro. Participaremos desde el consenso. Es importante.

¿Y cómo se calibra qué implicación tiene un jugador a día de hoy?

Cuando fichas, cuando decides incorporar a un jugador a un equipo hay que intentar tener la máxima información posible de ese futbolista. No solamente lo que percibimos en el campo. Somos partidarios de intentar tener la máxima información posible. Saber sus determinadas respuestas en determinadas situaciones, su capacidad de afrontar los partidos, su disponibilidad en el entrenamiento al esfuerzo y al trabajo, compañerismo cada día...

O sea que el informe de Voro es grande...

El informe de Voro es amplio, es sincero y leal como no podía ser de otra forma.

Voro es leal, pero ¿el informe, el informe?

El informe de Voro es muy bueno. (Sonríe)

Y también tendrá parámetros de implicación, ¿verdad?

Sí, sí. En la lealtad está implícito. Porque es lealtad al club, por supuesto.

Por tanto con Voro hay un apoyo importante... porque al final usted llega nuevo al Valencia.

Lo doy por hecho. Yo desde fuera puedo sacar conclusiones, pero si tienes la posibilidad de que te las modifiquen desde dentro mucho mejor porque una cosa es percibir y otra convivir y la convivencia es la que te da los detalles y los detalles son los que te pueden modificar el pensamiento inicial positivo o no positivo.

En ese sentido escribía el otro día que...

(Interrumpe) ¡No leo mucho, eh!

¡No le creo! No me creo a los técnicos que dicen que no leen nada.

A ver, entre nada y todo hay muchos puntos... (Ríe) La experiencia me dice que es mucho más saludable a la hora de tomar decisiones. Lo mejor es tener la menor información posible en el trato con los medios porque no te condiciona. La vida de un entrenador se va formando a medida de vivir experiencias y de hacer un autoanálisis y luego una posterior autocrítica de las decisiones y las respuestas que has tenido en diversas situaciones.

¿Volviendo a lo que quería decir... escribí sobre el poder que tiene Marcelino y lo comparaba con por qué a Zidane se le han permitido ciertas cosas que a Benítez le pasaron factura como, por ejemplo, Casemiro mediocentro. ¿Y por qué a Simeone se le permiten unas cosas cuando llega que a los otros anteriores no? Hay un bagaje detrás que Marcelino es verdad que no tiene en el Valencia, pero ¿es consciente del poder que tiene ahora Marcelino porque tiene a la afición en la mano?

No soy consciente del poder ni me gusta ejecutarlo unilateralmente. Ni aprovecharme de esa posible situación que se pudiera dar, que tampoco estoy seguro que se dé. Y casi seguro que si lo hiciera me llevaría al error y no quiero empezar con errores, quiero intentar evitarlos. Lo que sí me hace tener el apoyo de la afición, lo primero es agradecimiento. Es indudable que para un entrenador y un cuerpo técnico tener el apoyo inicial de la grada es muy importante desde el punto de vista del sentimiento más que del poder. Y a la vez eso si cabe te aumenta la responsabilidad porque cuando una persona confía en ti tienes que hacer todo lo posible, creo que siempre lo hacemos, para no defraudar.

¿Ese sentimiento ya lo ha percibido?

¿Lo he percibido? Sí, el cariño y el apoyo de la gente. Había un sentimiento favorable o una percepción favorable a que nosotros viniéramos al Valencia.

En las encuestas

Sí, las tenía que mirar. Te digo una cosa, aunque yo no la mirara... ¡alguien te la enviaba! (ríe).

Cuando la gente está contigo es porque la gente le está pidiendo a la propiedad: ‘respeta al entrenador que en éste sí creemos’. ¿Por qué cree que a usted no le va a pasar lo que le ha pasado a otros entrenadores o directores deportivos? ¿Es Mateu Alemany el hecho diferencial?

Es porque antes de tomar la decisión de venir analizas pros y contras y es indudable, en esas conversaciones previas que tuvimos con Mateu y con José Ramón -Alexanko- se plasma una idea. Si aceptamos venir es porque creemos en esas personas. Porque estamos convencidos de que la forma de proceder y actuar va a ser esa. El punto de partida es similar. Si partimos de opiniones muy distantes es muy difícil sentar unas bases y llegar a un acuerdo. Desde el punto de vista del club se expone una idea, desde la persona como máximo responsable del cuerpo técnico se expone una visión y una idea y hay un punto de partido común. Es una referencia de la que no nos podemos olvidar. A partir de aquí hay que ir paso a paso desde el consenso, que ha quedado bien claro que el consenso va a ser la forma de actuar, con participación nuestra en la toma de decisiones. Pero participar y consensuar no significa tener la autoridad absoluta de decir ‘vamos a hacer lo que nosotros digamos’. No, eso no. Las decisiones se van a consensuar desde situaciones de partida comunes.

Desde el punto de partida de que cuando uno se sienta con una persona está admitiendo la posibilidad de que la otra la convenza.

Efectivamente. Creo que en el fútbol, en mi profesión, cuatro ojos ven más que dos. Creo en rebatir opiniones y en confrontarlas porque desde la confrontación de opiniones llegas a conclusiones que son la que nos benefician a todos, que sean positivas para el Valencia.

¿No está un poco harto de que le pregunten qué difícil es el banquillo del Valencia y cuándole van a cantar ‘Marcelino, vete ya’? ¿No le parece injusto?

Yo nunca califico una pregunta vuestra de justa o injusta. Vosotros la hacéis porque estáis en el derecho de hacerla y yo en la obligación de contestarla.

¿Pero no cree que si la afición le canta a alguien es porque algo habrá hecho, para bien o para mal?

Es indudable, nuestra profesión conlleva momentos de felicidad y momentos de amargura y solo puedes visualizar una imagen que es la del positivismo y la de que las cosas van a salir bien, la de estar convencido de que las cosas van a salir bien, de que vas a tener la conciencia tranquila, de que vas a hacer todo para que las cosas salgan bien. ¡No puedes! Si el entrenador está pensando en que le van a cantar o le van a echar... pues no puedes entrenar. El inicio de esa relación conlleva a la derrota. No entra en mi cabeza, de verdad.

¿Cuál sería el jugador diez para Marcelino? ¿Qué tiene que tener?

Talento, (pausa) compromiso (pausa), rigor (pausa) y sinceridad, porque la sinceridad es la que te lleva a tener una relación extraordinaria con el jugador.

¿Y cómo es un jugador sincero?

El que te dice lo que piensa incluso estando en desacuerdo con lo que tú planteas.

Eso no le habrá pasado mucho...

Sí, porque nosotros intentamos potenciar esa situación. Intentamos buscar que el futbolista, a pesar de que se nos pueda calificar de una forma u otra, intentamos posibilitar que el futbolista tenga su opinión y tenga la posibilidad de transmitírnosla sin el más mínimo riesgo de que esa opinión diferente a la nuestra le vaya a conllevar estropear la relación.

¿Qué no le perdona a un jugador? ¿Qué jugador no va a jugar nunca con Marcelino?

No perdono al que no sea comprometido y respetuoso con sus compañeros y con el cuerpo técnico y a la vez, el que no quiera el bien común. Es decir, aquel futbolista que antepone su forma de actuar al beneficio colectivo.

Hablábamos antes de Rafa Benítez

Siempre lo fue sí y no utilizo esta frase ahora porque creo que así puedo acercarme a una idea. Si tiráis de hemeroteca veréis que Rafa siempre ha estado en esas listas de referentes. Él lo sabe y tenemos una buena relación. No es de ahora, es de hace bastante tiempo.

Unas de las frases de su presentación es que quiere volver a llenar la gradas de Mestalla.

Yo no, lo que quiero es que el trabajo y el juego llene Mestalla. Yo es imposible que lo llene. Yo quiero disfrutar con lo que pase ahí y pasar totalmente desapercibido y que la afición se vuelque con su equipo y se sienta orgullosa de sus futbolistas. Somos conscientes de que nosotros tenemos que dar el primer paso y poner en el campo una serie de valores para que esta grada se identifique con su equipo y convirtamos este escenario de Mestalla en lo que cuando vine aquí me tocó sufrir.

¿Cómo será el Valencia de Marcelino futbolísticamente hablando?

Siempre es importante tener la referencia inmediata y lo primero que tiene que haber, porque en el fútbol es un patrón decisivo, es el equilibrio. Si queremos construir un Valencia ganador y que esté en la parte alta de la tabla no podemos encajar 65 goles. Es imposible con esos números. La única solución sería fichar a Messi y a Cristiano para que metamos 120 goles, pero como esa situación es una hipótesis inviable, lo que tenemos que hacer es construir un equipo en el que la organización y el trabajo colectivo, no solamente de los defensas y del portero, nos lleve a ser un equipo equilibrado y competitivo.

¿Hay que empezar a construir el equipo desde atrás?

Creo en eso. Creo en eso sí. Creo en lo de atrás porque hay una parte del trabajo que te ayuda a organizarte, a parte de las cualidades individuales que tienes que es obvio, esas cualidades individuales hay que unirlas en beneficio de un trabajo grupal y colectivo.