"Uno se pone muy meláncolico a ciertas edades", admite Quique Sánchez Flores. La emoción se apoderó de todos en el reencuentro de la plantilla que ascendió a Primera División en la temporada 1986/87. También del ahora técnico del Espanyol. Aquellos héroes del valencianismo siguen siendo amigos treinta años después. "Era el secreto de este equipo", apunta Jon García. "No solo es fútbol, esto es parte de nuestras vidas", intenta explicar Giner entre abrazo y abrazo. Se reunieron en la tranquilidad del Parador de El Saler. "Aquí se gestó todo, es tierra santa para nosotros", bromea Voro.

Sempere, Quique, Revert, Giner, Arias, Bossio, Subirats, Arroyo, Fernando, Fenoll, Jon García, Paco Ferrando, Antonio García y un Voro al que no pararon de felicitar. No faltó el preparador físico Jesús Paredes, el secretario técnico Roberto Gil, el masajista Pepe Reig, el ATS Pepe de Los Santos y los directivos de la época. Y como no, el míster Alfredo Di Stéfano y el ´presi´ Arturo Tuzón Arturo Tuzón en el recuerdo de todos. Comieron, recordaron viejos tiempos y sobre todo miraron al futuro con la esperanza de que el Valencia arranque de cero, como hicieron ellos después de dos temporadas para el olvido, y recupere el sitio donde le corresponde estar.

Aquel año marcó la vida de todos. "Alfredo a veces no hablaba del partido, hablaba de la vida. Ahora me sirve para los benjamines que entreno en Real de Gandía", confesaba Paco Ferrando. Di Stéfano también dejó huella en Voro. "Defendía mucho al futbolista, no era muy amigos de los directivos...", confesaba entre risas. Quique aún se sorprende de la libertad que les daba el técnico para jugar. "Nos dejaba mucho margen para jugar y muchas veces cuando acababan las charlas, nos reuníamos en el vestuario o en el hotel el Chato, Subirats y yo y decíamos ´vamos a venirnos a la derecha a hacer superioridad y nos juntábamos cuatro por ahí´. ¡Era imposible no ser superiores! Eso sí, empezamos siendo un equipo tibio, con quejas de la afición, recuerdo aquello de el que quiera espectáculo que vaya a ver al ´Bombero Torero´ de Di Stéfano. Fuimos de menos a más".

El Chato lo admite. "Hasta que no vino Hiddink y Luis Aragonés no se empezó a trabajar tanto la táctico. Los entrenamientos eran físicos". Fernando recordaba algunos apodos. "Alfredo nos llamaba los científicos a Arroyo y a mí". Si de alguien se acuerda el ´10´ es de Tuzón. "Arturo tenía mucho ´trellat´. Hizo las cosas lógicas y recuperó al club a nivel económico y deportivo con mucha gente joven de la casa y jugadores experimentados. No tuve dudas de que íbamos a subir. Éramos superiores». ¡Como para no ascender! Que se lo pregunten a Bossio. "Lo primero que me dijo Arias el primer día fue: si no subimos nos matan. Así que mentalízate, que vamos a pasar un año duro´. En la segunda jornada le dije al míster de cambiar el sistema a un 4-4-2 y me dijo que sí. ´Yo les pongo y ellos que se distribuyan´", recordaba Miguel Ángel. Al propio Arias se le quedó grabada la respuesta de la afición. "En todos los partidos de Mestalla había 50.000 personas, ellos entendieron que tenían que estar aquí. Por eso la celebración fue compartida".

Ayer era inevitable no emocionarse. También establecer comparaciones entre aquel Valencia y el de ahora. "Me recuerda un poco a la época nuestra. Pasamos un bache de años y poco a poco fuimos remontando y encontrando su sitio", asegura el Chato. Arroyo fue compañero de Marcelino en la selección sub´ 19 y, como todos, está convencido de que Marcelino es el técnico idóneo para "comenzar de cero". Hay unanimidad. "Lo veo un entrenador serio y coherente», dice Revert. También de Voro. "Ha venido con las ideas muy claras, tiene experiencia. Su idea de juego se refleje en el campo y eso es una garantía, pero será importante los jugadores que tenga. Un entrenador sin jugadores es muy difícil".

Se necesita limpieza en el vestuario. Un exdirector deportivo como Subirats así lo entiende. "La apuesta de Marcelino Marcelinome parece bien, es un entrenador de prestigio y con experiencia, pero todo va a depender del material que le van a dar para trabajar. Hay que hacer limpieza, lo que pasa es que a lo mejor toda no se puede hacer en un año, los temas contractuales nunca son fáciles de resolver, pero está claro que la temporada ha sido mala y hay que limpiar. Se puede apostar por una plantilla de 17 ó 18 profesionales y lo otro que sean chavales que te pueden hacer la función que te han hecho Santos o Bakkali".

Todos también coinciden en la necesidad de recuperar la identidad con más presencia de gente de casa. Quique lo sintió en primera personQuique a. "Desde que vine a jugar se me pasó una palabra: el Valencia necesita identidad y saldrá adelante. Tienen historia, afición, un estadio magnífico, pero necesitan acertar con las personas, no solo con jugadores y transmitir valores. La identidad es importante, del propio Voro ya salió esa identidad, y a partir de ahí los Soler y los Lato han salido". Según Paco Ferrando "el vestuario tiene que hablar valenciano". Fueron héroes. Ahora son sabios. Siempre hay que escucharlos.