Medios diferentes, órganos distintos. Si los futbolistas pudieran tomar forma de estructura anatómica, Mario Lemina sería músculo y Milan Baldelj tendría sitio en el cerebro racional. El primero es sinónimo de energía, oxígeno y potencia, el segundo desarrolla un fútbol más neuronal. Sus cualidades son totalmente complementarias. No sería uno u otro. Juntos podrían formar un gran centro del campo. Los dos están en el rádar del Valencia. El problema: es difícil que se den las condiciones para fichar a los dos. La Juve pretende 20 millones de euros por el franco-gabonés, que podrían ser quince. El jugador no quiere volver a Francia y en cualquier equipo Premier League haría papel. También podría ser pieza de intercambio en cualquier operación. Badelj -que termina contrato dentro de un año- ya no está en los planes de la Fiore 2017/18. El club toscano quiere 8-10 millones ahora, aunque podrían ser menos dentro de dos meses. El problema es que el jugador busca una solución rápida para empezar la pretemporada con su nuevo equipo desde el día uno. Alexanko y Alemany no tienen un escenario sencillo, pero podrían incorporar a la dupla con una obra de ingeniería de mercado: convenciendo a la Juventus para traer a Lemina cedido y haciendo un esfuerzo con la ficha del croata.

Suena bonito, pero no parece probable. ¿Cuál sería más imprescindible? Depende. Hoy, Badelj rompe como un jugador más concreto, más continuo en su rendimiento, más cristalino en sus virtudes. Con 28 años, es un centrocampista hecho y maduro. El croata no refleja el volumen defensivo de Ignacio CamachoCamacho, no tiene el poder de intimidación del mediocentro del Málaga y tampoco su capacidad para ganar duelos tierra-aire, sobre todo, en lo que a juego aéreo se refiere. Cuestión que no debe confundir el valor de Badelj. Milan ha terminado como mejor interceptador de la Fiorentina. El croata cierra por posición. Juega por delante de la defensa y aparece en el sitio justo para cortar la jugada. Tiene una lectura de juego notable. Montella -con el que jugó de maravilla en Florencia- le quería para hacer de regista en el Milan. Ahora se mantiene en la lista de alternativas de la Lazio para tomar el relevo de Lucas Biglia, que tiene cara de milanista. Ese circuito de mercado dibuja el tipo de futbolista que es el croata. Badelj garantiza un primer pase limpio, claridad en la salida y asociación. En eso es superior a Camacho y también a Lemina. Pese a que no ha sido su mejor temporada, las estadísticas del croata son correctas. Cumple prácticamente todos los requisitos que reclama el rol.

El Valencia necesita equilibrio, un mediocentro puro que juegue. Badelj cubre esa necesidad. En la selección croata se ha hecho imprescindible precisamente por esa capacidad para hacer mejores a Luka Modric e Ivan Rakitic jugando por detrás de ellos. Badelj es la pieza de engarce entre la defensa y la zona de creación. Aunque el ex del Dinamo de Zagreb comenzó como ocho, su reciclaje como seis ha sido un éxito porque ofrece soluciones sencillas para problemas complejos. Está más encorsetado, pero esa naturaleza se siente para bien en su capacidad para salir en conducción, maniobrar, girar o llegar al área rival.

Nervio y empuje africano

Si Badelj es juicio e inteligencia, Lemina rompe por nervio, empuje y exuberancia atlética. Es el músculo que la medular reclama desde hace tiempo. El franco-gabonés no es un pivote para guardar la posición -aunque puede hacerlo- y tampoco un organizador, pero tiene recursos técnicos y físicos de alto nivel, suficientes para conquistar la atención de la Juve. En Turín no ha cuajado porque la competencia es tremenda y con 23 años es un melón por abrir. Hoy, es un jugador por definir, al que hay que desarrollar, trabajar y recuperar. Es un centrocampista difícil de catalogar. Esa es la parte que genera dudas. En el Marsella de Marcelo Bielsa -sin ser titular fijo- fue alternativa para Imbula y también su compañero, jugó de lateral derecho, de interior e incluso de defensa central. Allegri también ha aprovechado esa versatilidad en la Juve, donde ha jugado de todo y en varios sistemas, gracias a su velocidad, ritmo y capacidad para romper líneas en conducción.

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Estos son los posibles fichajes que hay sobre la mesa del Valencia

Lemina tiene detalles espectaculares. Tiene piernas para actuar de área a área y también juega: gira, verticaliza, apoya en el circuito de pases, utiliza el cuerpo y tiene potencial para aparecer mucho más en área contraria. Puede jugar cerca de la base porque tiene calidad para el pase y es sólido en la entrega. Sin balón, Lemina es un valor precioso para la presión en campo contrario y el acoso al adversario. Sus estadísticas dicen claramente que no es un especialista en el tackle o la interceptación, pero tiene la materia prima. Su perfil parece ideal para el fútbol de Marcelino. Lemina es el cuerpo y Badelj, la mente.