José Ramón Alexanko pasó la mañana del lunes reunido con Vicente Rodríguez y toda la secretaría técnica analizando las opciones en el mercado de un Valencia CF que, por el momento, tiene poco margen de maniobra mientras la operación salida no adquiera una mayor velocidad. Mientras las necesidades son múltiples en el centro de la defensa y el mediocampo, los 5,7 millones que se recaudarán por la venta de Mat Ryan al Brighton son pocos para dar forma la revolución de plantilla que se pretende. Para cambiar la cara del Valencia las ventas de más futbolistas -Enzo Pérez, Diego Alves, Abdennour o, incluso, Parejo- serán determinantes.

En este difícil contexto, el Valencia mantiene abiertas vías como las de Badelj (Fiorentina) o Marcano (Oporto), cuyos clubes rechazaron propuestas de seis y cinco millones. Los dirigentes blanquinegros juegan con el riesgo de perderlos, pero también con el tiempo en la puja por dos jugadores que acaban contrato en 2018, por lo que el precio de traspaso podría bajar conforme vayan corriendo las semanas. Para el Valencia, escaso de cash y que precisa fichajes al por mayor, las cesiones son una herramienta clave. Ahí encaja Mikel Merino, por quien hace unas semanas se trasladó un interés oficial al Borussia.

A la espera del Europeo sub´21

El Valencia ha querido moverse rápido y traerse cedido al mediocentro de 21 años con una opción de compra. Sin embargo, el cambio de entrenador en Dortmund -el holandés Peter Bosz por el destituido Tuchel- hace que los amarillos aguarden al Europeo sub´21 para que el nuevo míster analice su evolución y, al mismo tiempo, pueda revalorizarse. Aún así, si recibe una oferta próxima a cinco millones, recuperando los cuatro que pagaron, el Borussia negociará el traspaso del navarro. A día de hoy, la cesión con opción de compra, a ejercer en junio de 2018, es la solución preferida por el Valencia y los pretendientes de la Liga, Real Sociedad y Athletic. Colonia y Mönchengladbach también suspiran por él, además de dos clubes italianos.

Según ha contrastado SUPER en su edición de papel de este martes, el interés del Valencia se mantiene firme. El objetivo principal de Mikel Merino es «jugar» y el fichaje de Dahoud por 12 millones parece complicárselo más en Dortmund, donde tiene contrato hasta 2021. «En principio, mi futuro está ligado al Borussia, aunque todo tiene unas variables, que tienen que ver con lo que quiera el club, con que hay interés de otros equipos, con los que me trasmitan a mí y con lo que yo pienso. Yo quiero jugar... a ver qué pasa», dice Mikel en una entrevista a ´Diario de Noticias´ de Pamplona. Palabras elegantes para su club actual, pero también una forma de reconocer que busca una nueva oportunidad de sentirse protagonista. El Valencia se la ha ofrecido. De su primer año en la Bundesliga Mikel se queda con la «experiencia y la toma de contacto con el mundo profesional al más alto nivel» y el aprendizaje jugando «como central» de un mediocentro de calidad y llegada, un ´8´ de ida y vuelta.