España abrió ciclo Sub-21 dejando muy buenas sensaciones ante Italia, que será la anfitriona de la fase final de 2019. La clasificación arrancará el próximo martes en Tallin ante Estonia, pero el equipo de Carlos Soler y Toni Lato echó a rodar con un amistoso de alto nivel. Los dos valencianistas hicieron buena la apuesta de Albert Celades: el centrocampista lanzó a Mikel Merino para que el centrocampista del Newcastle abriera el marcador y el lateral izquierdo puso el centro con el que Meré redondeó el marcador con el 3-0. Una asistencia para cada uno y participación directa en dos de los tres goles. Mejor imposible ante un adversario de nivel, que también empezaba ciclo, con varios de los chicos que fueron terceros en el último Mundial Sub-20, como Pezzella, Mandragora, Barella, Favilli, Orsolini o Romagna más chicos de presente y futuro como Chiesa, Locatelli o Cutrone.

Soler y Lato no coincidieron sobre el terreno de juego. Carlos fue directo al once y Celades apostó por él para jugar desde la banda. La vía marcelinista permitió a la Sub-21 meter a Rodrigo, Merino y Ceballos, tres de los titulares en la medular campeona de Europa Sub-19 en 2015. La impresión es que van a formar la columna vertebral. Soler entró por las dos bandas, un pase suyo desde derecha llegó a Merino, que lanzó un caño sobre el central italiano y liquidó a Scuffet. Golazo. El centrocampista -que estuvo en la agenda del Valencia- estuvo espectacular. La posición de Rodri como pivote le liberó y le permitió llegar al ataque. El segundo gol, obra de Borja Mayoral, llegó tras un mano a mano en el que el 75% del gol tuvo que ver con un gran pase en profundida del mediocentro que ha reclutado Rafa Benítez.

Sivera, Pol Lirola, Aarón y Núñez debutaron con la Sub-21 entrando desde el once. En la segunda fue turno para Unai Simón, Jorge Sáenz, David Carmona, Marc Gual, Brahim y Lato. El lateral izquierdo tiene competencia de la buena con Aarón (Espanyol), pero estuvo sólido atrás y suelto en ataque. El vallbonense fue de lo mejor en los segundos 45 minutos. En la recta final se permitió el lujo de poner el centro para el gol de Meré. Jugó con el 14 de Gayà. El próximo martes ante Estonia empieza el fuego real.