Verano de 2014. Mientras el proceso de venta del Valencia CF Valencia CF a Meriton Holdings entra en su punto culminante, Peter Lim adelanta los plazos e inicia el proceso de inversión en el que pocos meses después sería oficialmente el club de su propiedad. En el mes de julio llegan los primeros fichajes, primero André Gomes y Rodrigo Moreno procedentes del Benfica, con una inversión de 30 y 15 millones de euros respectivamente aplazada al año siguiente. Después vendría Cancelo, otros 15 millones en similares condiciones. La otra gran apuesta el máximo accionista, Álvaro Negredo, aterrizaba minutos antes de cerrarse el mercado de fichajes, con un coste aproximado de otros 30 millones.

Son 90 millones de euros con los que el nuevo propietario del club, acompañados por Nuno Espírito Santo como entrenador, empezó a dar forma a su proyecto en el club de Mestalla cuando la compra del club todavía pasaba por momentos críticos durante las duras negociaciones con Bankia, una inversión que sufragaría posteriormente con una ampliación de capital de más de cien millones que se completó entre enero y febrero de 2016.

Eran los días en que Lim, ilusionado e involucrado al cien por cien en ese proyecto de llevar al Valencia CF a competir con los mejores de la Champions League, fichaba y fichaba a golpe de talonario. Lo estaba hasta el punto de que, en el mes de diciembre y pocas semanas después de firmar definitivamente la compra de las acciones, todavía iba a gastar otros 25 millones en la adquisición del argentino Enzo Pérez.

De todos los grande fichajes que acompañaron la llegada del inversor de Singapur, Rodrigo Moreno es ahora el único superviviente. Incluso el tunecino Aymen Abdennour, cuyo fichaje se puede considerar la última gran operación de aquel Valencia todavía emergente, ha acabado por salir en este mercado de verano, un fracaso más que se une a los de Negredo y Enzo Pérez llamado a aumentar las pérdidas si no es capaz de recuperar su nivel y sobre todo su cotización con la cesión al Olympique de Marsella.

Salvando los casos de André Gomes, traspasado al FC Barcelona por 35 millones más otros 20 en variables, y Cancelo, cedido con una opción de compra importanteCancelo -30 millones- al Inter de Milán, las grandes inversiones en compra de futbolistas han arruinado los planes y las previsiones de Peter Lim en el Valencia CF en estos dos últimos años, en los que el máximo accionista ha dejado de invertir para, por el contrario, desprenderse de sus mejores activos y recuperar así pérdidas. Ocurrió con el propio André, Alcácer y Mustafi, a los que vendió el pasado verano por más de cien millones de euros. A partir de ahí y hasta hoy, los planes dieron un giro que ha llevado al club a descapitalizarse deportivamente, alimentado de cesiones y fichajes a bajo coste o coste cero.

La confirmación del fracaso es la manera en que el Valencia se ha visto obligado a deshacerse de cualquier manera de algunos de sus fichajes estrella para poder llevar a cabo una revolución necesaria para dar un giro y recuperar el norte.

Rodrigo, ahora o nunca

No deja de ser curioso el caso de Rodrigo Moreno, único superviviente de aquellos fastos y no precisamente por su buen rendimiento, lo que habría significado su traspaso, sino porque después de tres años todavía se le espera verle explotar con la camiseta del Valencia CF. Tiene que ser ahora o nunca, con un entrenador que confía en sus condiciones y después de que el club decidiera no incorporar ningún delantero en el mercado más allá de Zaza, con el que se complementa más que compite.