El padre Agapito Elá Obono es un tipo singular. Él es un sacerdote guineano que estudió en València pues tiene en nuestra ciudad familia. Aquí se aficionó a nuestro equipo y se convirtió en uno de sus más fieles seguidores. Cuando acabó de estudiar Teología regresó a su país y se encargó de un colegio en medio de la selva de Ebebiyin que carecía de los recursos más básicos. Mantuvo al mismo tiempo la relación de amistad fraternal que había trabado con Vicente Ferrer. Corría el año 2006 cuando le conocimos y su energía y compromiso nos conmovió desde el primer momento. Él nos transmitió que en el lugar donde trabajaba no disponían de luz y que podíamos hacer mucho por conseguir que se hiciese la luz en plena selva guineana. Los chavales de su colegio, al poco tiempo, ya podían disfrutar con luz eléctrica todo aquello que hasta ese momento había permanecido en la oscuridad o la penumbra, y esta fue la primera iniciativa que la Peña Valencianista per la Solidaritat aportó a su proyecto con la dotación de los generadores necesarios y equipos informáticos. Pero aquello no podía parar ahí.

La realidad deportiva de su comunidad era igualmente precaria. Muy cerca de su escuela, la escuela José Sisono, existía un terreno salvaje en mitad de la selva en el que pocos podían imaginar que se pudiese practicar decentemente algún tipo de deporte. En el año 2008 nos pusimos manos a la obra con la ayuda de un tractor y la fuerza manual y la ilusión de amigos y vecinos de esta provincia guineana de Kie Ntem. Hoy en día este es un campo de fútbol entre palmeras que cuenta con todos los ´recursos´ como un marcador manual y unos vestuarios con duchas en los que un centenar de chavales no solo practican deporte sino que sueñan y luchan por una vida mucho mejor.

En nuestra zona de confort occidental, en esta Europa feliz, pocos podemos imaginar cómo la precariedad del transporte hace que muchos de estos chavales tengan que recorrer 30 y hasta incluso 40 kilómetros caminando para poder jugar al fútbol. Esto es lo que sucede incluso hoy y esta realidad nos hace ver y comprender fácilmente que la magia y la fuerza del fútbol no solamente cambia vidas sino que es el motor de explosión de cambios sociales profundos.

El padre Agapito es el verdadero líder de esta comunidad y su condición de párroco y fundador de la escuela de fútbol ´Junior Peñista´ hace que muchas de sus facetas sean imprescindibles para la buena marcha de este proyecto. La escuela de fútbol cuenta con tres equipos; uno de más de quince años, uno de chavales con menos de quince años y un equipo de chicas. En su despacho no faltan las camisetas del Valencia CF que en su día le llevamos, una bandera del club de Mestalla, fotografías de las múltiples visitas que hizo a Paterna dónde pudo fotografiarse con los mejores jugadores y unos guantes firmados por Santiago Cañizares, que es su verdadero ídolo junto con nuestro gran David Villa.

Antes de ordenarse sacerdote, Agapito Ela Obono era jugador de la Selección Guineana de Fútbol. Se exilió durante la primera dictadura guineana (la de Francisco Macías) y regresó a Guinea en 1980, fecha a partir de la cual ha tomado postura reiteradas veces en defensa de los derechos humanos y ha sido detenido por ello. Desde aquí la Penya Valencianista per la Solidaritat quiere manifestar su respeto por todos aquellos que hacen de la lucha por la Justicia su compromiso.

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