Simone Zaza estará el domingo en el Benito Villamarín. Lo ha conseguido. Antes incluso de la previsión de los médicos. El delantero italiano se incorporó ayer al grupo después de una recuperación exprés y estará a disposición de Marcelino García Toral contra el Betis. La distensión en el compartimento externo de la rodilla izquierda que sufrió el pasado jueves en el transcurso del amistoso contra el Eldense no ha podido con él. 'Simo' está imparable. Ni siquiera las lesiones pueden con él.

El lunes entrenó como uno más en la vuelta al trabajo del equipo. Hizo una hora de gimnasio como el resto de sus compañeros y completó media hora de rondos a una intensidad muy alta. El italiano se arremangó los camales del pantalón para ponerse a correr y meter el pie como el que más. Saltó para cabecear un balón e incluso se atrevió a disparar a puerta a final de la sesión. Se le notaba muy seguro y sin ningún miedo. Con la seguridad máxima de que llega a tiempo al partidazo de Sevilla. Su cara y sus gestos nada tenían que ver con los del jueves cuando abandonó la ciudad deportiva con muletas y con la sensación de que se había roto.

Lo que ha roto Simone es el cronómetro. La rodilla izquierda de Zaza no ha podido evolucionar mejor desde el susto del jueves. Los pronósticos más optimistas hablaban de una semana como tiempo estimado de recuperación. El italiano lo ha dejado en cuatro días. Lo ha conseguido poniendo de su parte. Y es que, tal y como publicó Superdeporte, el jugador canceló un viaje el fin de semana para quedarse a trabajar en Paterna con los fisios y recuperarse cuanto antes. Un compromiso que ha tenido premio antes de lo esperado.

Marcelino estuvo atento a Zaza durante la sesión vespertina y el jugador tuvo varios gestos de complicidad con el doctor Pascual Casañ. Los dos sabían que la rodilla había respondido bien y no tenía por qué dar problemas. Si no hay ningún contratiempo de última hora Zaza jugará ante el Betis y encadenará 29 jornadas sin lesionarse en el Valencia. Desde que debutó contra el Villarreal en enero tan solo se ha perdido una jornada de Liga y fue por acumulación de tarjetas amarillas.

Zaza no fue la única buena noticia del primer entrenamiento de la semana. Marcelino recuperó a los otros dos futbolistas que acabaron tocados en el accidentado amistoso contra el Endense. Los centrales Gabriel Paulista y Jeison Murillo se incorporaron al grupo después de perderse la sesión del viernes. La participación de los dos en Sevilla, como la de Zaza, no peligra.

Por si fuera poco, Rúben Vezo empieza a salir del túnel de la lesión en el quinto metatarsiano del pie que produjo el pasado 27 de agosto contra el Real Madrid. El central portugués volvió ayer al grupo un mes y medio después aunque necesitará unas semanas para recibir el alta competitiva. No estará contra el Betis ni frente al Sevilla. Su hoja de ruta pasa por regresar al equipo de cara a la Copa.

La anécdota del entrenamiento la protagonizó Marcelino. El equipo volvió al trabajo con mucha intensidad en la parte final de los rondos. Hasta el punto que Garay cayó tendido sobre el césped tras una acción con Paulista. El técnico lo vio desde la distancia y bromeó: «¡No os lesionéis, eh!», les dijo. No quiere más sustos. El de Simone, por suerte, ya es pasado. Bravo por Zaza.