19:45 horas. Ya casi es de noche en Paterna. Simone Zaza, Dani Parejo, Jeison Murillo y Ezequiel Garay salen del gimnasio después de acabar su sesión de trabajo regenerativo y, lejos de marcharse al vestuario, se cruzan el campo para sentarse en el banquillo de uno de los campos de la ciudad deportiva y seguir sentados el entrenamiento de sus compañeros suplentes y no convocados. No es una anécdota cualquiera. Es una prueba más del compromiso y el ambiente de equipo con mayúsculas que se respira en ese vestuario desde la llegada de Marcelino García Toral. Nada que ver con lo que pasaba en ese mismo vestuario en los dos últimos años cuando los jugadores salían escopetados de Paterna huyendo del fútbol. O cuando los lesionados, obligados por Cesare Prandelli, salían a regañadientes al césped para seguir desde la banda los entrenamientos tácticos de sus compañeros. Todo ha cambiado porque con la complicidad y unidad del grupo que se entrena, también se compite. Las nueve primeras jornadas de la competición son la prueba.

La gestión de vestuario de Marcelino es la responsable del cambio. Este martes, cuando muchos esperaban un toque de atención del técnico a sus jugadores por los minutos de relajación del equipo en el Benito Villamarín, el asturiano hizo todo lo contrario. No mencionó el partido contra el Betis. El martes no quiso atosigarlos. Sabe cuando exigir y cuando levantar el pie del acelerador. Desde dentro se interpreta que una bronca a la vuelta del equipo al trabajo y después de una gran victoria (3-6) habría sido lanzar un mensaje a los jugadores que no está contento con el equipo y sus sensaciones son todo lo contrario. Está encantado con el comportamiento de sus jugadores. Tiempo habrá analizar el partido tranquilamente, corregir los errores a lo largo de la semana y mejorar con exigencia máxima.

La buena noticia para Marcelino es que tendrá a todos los futbolistas a su disposición contra el Sevilla. Simone Zaza entrenó con normalidad desde el primer día de la semana. El italiano, que acabó el partido con molestias en la rodilla izquierda lesionada como consecuencia del zurdazo del quinto gol, se ejercitó al mismo ritmo que sus compañeros y no faltará a la cita del sábado. Como así esperaba el cuerpo técnico y médico del club. Para celebrar también el estado físico de Jeison Murillo. El colombiano se ha recuperado de las molestias musculares que le obligaron a retirarse en los últimos compases del partido para ser sustituido por Gabriel.

Marcelino ‘mimó’ a los titulares -los volverá a necesitar contra el sevilla- y apretó a los suplentes en una sesión exigente para ellos con partidos en campos reducidos de mucha intensidad y series de unos contra unos. El técnico quiere tenerlos preparados porque, como ya ha demostrado con sus rotaciones, puede echar mano de ellos en cualquier momento. Y más con la eliminatoria de Copa del Rey a la vuelta de la esquina. La sesión sirvió para comprobar que Rúben Vezo y Rober Ibáñez evolucionan favorablemente serán los próximos en incorporarse en las próximas semanas.

Los que sí estarán a tope el sábado serán los aficionados del Valencia. La Curva Nord de Mestalla ha preparado un recibimiento especial al autobús del equipo bajo el lema «¡Valencianista! No puedes fallar... Es hora de volver a soñar juntos». El valencianismo está citado a las 16:45 en la Plaza del Valencia CF antes de un partido en el que se espera una de las mejores entradas de la temporada rozado los 43.859 espectadores del Valencia-Atlético.