«¡Es Guedes, es Guedes, es Guedes!»¡Es Guedes, es Guedes, es Guedes! gritaban dos jóvenes aficionados del Valencia cuando vieron que el extremo portugués se asomaba al campo de entrenamiento de Paterna y se sentaba en una escalerilla para seguir el trabajo de sus compañeros. Era junto a Simone Zaza y Carlos Soler el más buscado por los niños y padres del fútbol base en la ciudad deportiva. «¿No entrena? ¿Pero por qué no entrena, papá?», le preguntaba el hijo a su padre. «Le habrá dado descanso a los titulares», respondía. «¡La camiseta, Guedes!», chillaban. «¡La camiseta por favor!» repetían. «¡No te vayas, quédate, eh!» le pedían al jugador casi suplicándole. A su salida de las instalaciones se repitió la escena. «¡Enhorabuena!». «¡Vaya golazos!». Las últimas exhibiciones del internacional luso, propiedad del PSG, han desatado la ilusión del valencianismoPSG. De jóvenes y mayores. Mestalla coreó su nombre el sábado y le despidió con locura cuando se marchaba en su coche. Paterna le recibió el domingo como su nuevo ídolo. La ‘Guedesmanía’ ha empezado y la afición desea con todas sus fuerzas que no acabe.

Guedes llegó de los primeros a Paterna el día después de su exhibición contra el Sevilla. A las 10.05 ya estaba allí. Hora y media casi antes del entrenamiento. Su entrada al recinto coincidió con los primeros niños del fútbol base que estaban en zona de vestuarios y le vieron entrar. «¡Guedes, Guedes!», le cantaban. El portugués, con la sonrisa en la boca, les dio las gracias con el pulgar de su mano levantado. Al futbolista le está sorprende que la afición le haya cogido tanto cariño en tan poco tiempo. No se lo esperaba. Le hace feliz. El sábado, al ser preguntado por su futuro, reconoció que no sabe lo que pasará. Lo que sí tiene claro es que en el Valencia es muy feliz. «Estoy muy feliz, muy contento, disfrutando de todos los momentos, pero no sé... no puedo hablar sobre eso porque no sé qué va a pasar», manifestaba.

El primero al Sevilla es uno de los goles más bonitos de su carrera deportiva, pero no se atreve a calificarlo como el mejor. Tiene muchos para elegir. Su teléfono móvil echó humo desde que marcó el golazo por la escuadra de Sergio Rico. Le empezaron a llegar vídeos con el gol de amigos y familiares que vio nada más concluir el partido en el vestuario. El domingo, después del entrenamiento, celebró sus goles y la victoria con su pareja y familiares. Que se preparen este año. Lleva 3 goles y 5 asistencias en Liga y amenaza a los rivales con muchos más. Su récord personal es de 7 goles y 10 asistencias. Dos cifras que superará ampliamente si prosigue su progresión. Las consiguió en la temporada 15/16 en 36 partidos. El año pasado registró 7 dianas y 8 pases de gol en 39 partidos. Sus mejores números, eso sí, los consiguió en el filial del Benfica. Allí, en categorías inferiores, llegó a los 8 goles y 15 asistencias en 41 encuentros y firmó dos dobletes contra el Covilha y el Freamunde. Su único doblete como futbolista profesional del primer equipo de Benfica lo consiguió en la Taça CTT contra el Vitoria de Guimaraes. Fue el 10 de enero de 2017, días antes de firmar por el PSG.

Sus exhibiciones traspasan fronteras. Portugal también se ha rendido al fútbol del ‘7’. Los dos periódicos deportivos de su país, ‘Record’ y ‘A Bola’, ensalzaban su actuación en sus crónicas y adjuntaban las imágenes de sus goles en sus ediciones digitales. «El Valencia golea con ‘showde Guedes, otra vez a lo grande. Los jugadores del Sevilla no sabían en qué pensar», apuntaba ‘Record’. «Marcó un gol para levantar el estadio y cerró su exhibición con un toque de clase», escribía ‘A Bola’. Gonçalo Guedes está dando mucho que hablar. Y lo que falta. Lo de ayer solo fue el primer «quédate».

Mimos a Andreas Pereira

Guedes es titular. Pereira, no. Contra el Sevilla solo 8 minutos. Marcelino es consciente de la situación y cuida a su jugador en lo anímico. Ayer acabó la sesión con su brazo sobre el hombro de Andreas y caricias en la cabeza. El técnico está demostrando ser un gran gestor del vestuario y sabe que necesita al futbolista enganchado.