El Valencia de Marcelino asusta porque cuando juega bien arrolla, como la segunda parte ante el Leganés, y no necesita jugar bien para ganar. ¿Dónde está el techo de este equipo que acaba de sumar la octava victoria consecutiva? Pues no se sabe, pero la clasificación dice que es el único que le está aguantando el tirón al FC Barcelona, al que tiene a cuatro puntos pero es buen momento para recordar que la semana que viene ambos juegan juntos en Mestalla. Lo que sí es evidente es que este equipo no se va a rendir y peleará cada partido, si le dará para competir el campeonato lo dirá el tiempo, y el fútbol. De momento, el valencianista de a pie se frota los ojos para ver la realidad y saborea cada fin de semana como si fuera el último. 0-2 y para casa con golazo de Kondogbia y uno más de Santi Mina. El francés ya lleva tres y el gallego cinco.

La primera parte fue atractiva para el espectador, pero no para los valencianistas. Por ocasiones los catalanes merecieron el gol pero unas veces los palos y otras Neto, lo evitaron. Poco centro del campo y llegadas contínuas por las dos partes hicieron que el encuentro fuera eléctrico y vistoso aunque no hubiera goles. El fútbol es así.

De entrada Marcelino sorprendió dejándose a Zaza, Soler y Guedes en el banquillo y por la izquierda puso a Lato en el lateral y Gayà en el centro del campo. Ahí fue precisamente donde los locales ganaron la batalla ya que Parejo y Kondogbia no solo no funcionaron, además perdieron algunos balones peligrosos que no terminaron en gol por bien poco. A los veinte minutos, tras el cambio de Jurado por el lesionado Baptistao, el Espanyol se hizo definitivamente dueño de la pelota tras quitarse de encima la presión adelantada de los valencianistas, que tras en más de una ocasión, no fueron precisos en los metros finales, en especial Santi Mina, pero tampoco Rodrigo y Kondogbia. A partir de ahí los locales acumularon una ocasión tras otra con dos disparos al palo por parte de Gerard Moreno tras un control con el pecho y amagar a Lato, y otro de Darder, que disparó desde la frontal. Además, Neto salvó al Valencia en un par de ocasiones. Así fue como el Valencia se marchó al descanso con un empate a cero que, en ese momento, era lo mejor del partido, ya que su bagaje en ataque se redujo a un par de apariciones de Andreas Pereira en los primeros minutos.

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Hasta que apareció Kondogbia y marcó, la segunda parte era como la primera pero menos. Dominaba el Espanyol, pero menos, y generaba ocasiones pero menos. Lo mejor para los intereses del Valencia era que desde el minuto 46 ya calentaban Zaza, Soler y Gonçalo Guedes. El portugués entró en el minuto 66 por Lato después de que el canterano emborronara un poco una buena actuación tras cerrar en defensa una jugada del Espanyol pero dejarle el balón algo corto a Neto que tuvo que salir rápido ante la llegada de Sergio García. Ahí se acabó el Espanyol porque al poco Guedes arrancó por la derecha y se metió en el área españolista, no logró irse del defensa pero Gayà, que llegaba por detrás, se hizo con el rechace y lo metió en el área, el balón llegó rechazado hasta la frontal donde estaba Kondogibia. El francés controló y se acomodó el balón y lanzó de rosca al palo largo… ¡golazo! Nada pudo hacer el portero Pau.

Los de Quique Flores sintieron el golpe y se fueron a la lona. No reaccionaron, y a la contra el Valencia esperaba su momento para hacer el segundo. No lo hizo Rodrigo de puro milagro porque Pau hizo una excelente intervención pero sí Santi Mina en el minuto 82 tras otro contragolpe. Soler Metió el balón en el área desde la derecha, era un centro a zona peligrosa y más para el defensa que reculaba, en su intento de controlar y ceder el balón a su portero, lo que hizo fue dejarle la pelota en bandeja a Santi Mina que remató el partido y la victoria. El Valencia de Marcelino juega mal y sabe sufrir cuando el rival le supera. Además, tiene calidad individual para definir los partidos cuando el juego colectivo no funciona.

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