Minuto 62 de partido en Cornellà. El árbitro se dirige a Marcelino García Toral Marcelino García Toraly lo expulsa. El técnico no da crédito. La confusión es total en el área técnica del Valencia CF.Valencia CF Se gira sobre sí mismo buscando a Rubén Uría, que aparece con los ojos como platos. Nadie se lo explica. El canario Hernández Hernández le muestra el camino a los vestuarios. «No sé lo que ha pasado, hubo un poco de confusión, los jugadores se acercaron a por agua, no sé ni lo que va a poner en el acta el árbitro porque yo estaba a su lado y en esa acción ni le insultó, ni le increpó, ni le dijo nada directamente a él. No sé por qué lo expulsó, no tengo ni idea», expresó nada más finalizar el partido Uría, al que le tocó debutar en una rueda de prensa en la que lamentó la poca predisposición de los árbitros al diálogo y a la comunicación.

«Quique se acercó al banquillo creo que a decirnos que no se habían percatado de que había un futbolista tendido en la línea de fondo. No pasó nada. ¿Con los árbitros no se puede hablar? Seguramente no... Unos hablan más que otros y a unos les pasa más que a otros. Creo que el hecho de que no esté Marcelino a pie de campo el próximo partido no es grato para el equipo pero intentaremos minimizarlo para que no se note», dijo.Quique Marcelino

La situación tuvo lugar en una jugada en la que el Espanyol, lejos de tirar el balón fuera mientras Murillo estaba tendido en el suelo tras sufrir una lesión muscularMurillo , atacó la portería de Neto y a punto estuvo de marcar. Marcelino, un tipo pasional, mostró su descontento con la actitud de los jugadores del Espanyol mediante gestos de desaprobación y acto seguido se produjo una pequeña conversación -alejada de cualquier tensión- entre los técnicos de ambos equipos.

Así lo relataba Quique: «No me ha gustado que lo expulsaran, tienen que permitir que entre los entrenadores podamos hablar. Le he pedido disculpas en nombre de mi equipo al no ver a Murillo en el césped». La versión que reflejó el árbitro en el acta, sin embargo, es más propia de una trifulca: «protestar de forma ostensible una de mis descisiones con los brazos en alto en reiteradas ocasiones», escribió Hernández Hernández.Hernández Hernández.

El asturiano abandonó el estadio del Espanyol por la zona mixta. Lo hizo con cara de pocos amigos y acompañado por Mateu Alemany, director general de la entidad, rumbo al bus que trasladaría a la expedición hacia el aeropuerto tras ganar 0-2 al Espanyol. En el club hay indignación con respecto a la decisión arbitral y a última hora de ayer los principales dirigentes tenían decidido que se va a intentar por todos los medios que se le retire la sanción al entrenador y así pueda estar en el partido contra el Barça en Mestalla.

Desde anoche se está analizando la situación para comprobar si existen posibilidades reales de que prosperen alegaciones. De lo contrario, el técnico tendrá que vivir el partido desde la grada, como sucedió ayer en la última media hora. La sustitución de Carlos Soler por Andreas Pereira se hizo por vía telefónica. Marcelino, iPhone en mano, transmitía las órdenes a Otxotorena, preparador de porteros, y a Camarasa, delegado, y estos se comunicaban en el banquillo con Rubén Uría, que como él mismo admitió en rueda de prensa «estaba mirando al campo, y no sabía dónde estaba él».

El acta de Hernández Hernández, además, también reflejó la expulsión de Sergio García, asistente del preparador físico e hijo del míster, por dirigirse al cuarto árbitro diciéndole: «Dile que pare el partido, me cago en mi puta madre, el defensa está en el suelo».

Alegaciones para que juegue Piqué

El Barça ha anunciado que va a presentar alegaciones al Comité de Competición para evitar que Piqué se pierda el partido contra el Valencia. El central vio la quinta amarilla en Leganés por «agarrar a un adversario que estab en posesión del balón». La infracción fue clara pero el agotará los cauces legales. Ayer Deportes Cuatro mostraba unas imágenes en las se aprecia lo que dijo a Undiano Mallenco cuando le mostró la cartulina. «¡La traías de casa...!», le dijo varias veces, acusándole de sacársela de forma premeditada.