Marcelino García podrá volver a sentarse en el banquillo en el partido de la Copa del Rey ante el Zaragoza, pero sigue muy molesto con la expulsión y la sanción de dos partidos que le impuso el Comité. El técnico está convencido de que los árbitros no aplican el mismo criterio a la hora de valorar las protestas y comentarios de unos y otros durante los partidos.

Así de claro lo dice: "No es fácil, es indudable que me gustaría estar en el banquillo y ejercer mi profesión con total normalidad. Una decisión me lo imposibilita. Ahora podré estar, el domingo ante el Getafe acabará esta situación. Es difícil de llevar, intento llevarla con naturalidad. Creo que al equipo no le influye para nada. Después de 130 partidos (los que se llevan disputados desde que comenzó La Liga) soy el único entrenador expulsado cuando se han podido ver actitudes más propicias para ser expulsado que la mía. No hubo un menosprecio, un insulto ni nada. Lo olvidamos, intentaré que no vuelva a ocurrir".