Pablo Aimar es el protagonista este jueves 28 de diciembre con una extensa entrevista en el diario argentino La Nación, en la que deja interesantes reflexiones sobre fútbol y también sobre su persona. Explica el redactor que hoy queda ya poco de aquel joven huidizo y desconfiado y hasta se le ha visto hacerse fotos junto a la estatua que le dedicaron en su ciudad, Río Cuarto. Él aprovecha la anécdota para recordar su última visita a Mestalla.

"El cariño ya no me avergüenza, no, no, ya no. Fui y me saqué una foto con la estatua. Hace poco estuve en la cancha de Valencia y la gente me regaló una ovación, y me encantó. No, es mucho más lindo que te quieran. Hasta salgo sonriendo en las selfies...", y suelta otra carcajada. Cuando jugaba sospechaba de los elogios, los creía falsos, pero esa visión la han cambiado los años: "Ya no reniego, dámelo al elogio, lo agarro mejor que a la crítica. Hoy con 38 años prefiero una caricia y no una patada en el culo. Mejor dame un mate, una sonrisa...", confiesa.

Actualmente trabaja como seleccionador en las categorías inferiores de ArgentinaArgentina aunque, como él mismo había reconocido años atrás que no se veía capacitado para ser entrenador y dirigir a 25 jugadores. Eso también lo cambió el tiempo: "En ese momento no pensaba que iba a estar al frente de chicos. Pero te vas dando cuenta de que tu felicidad es esto, es el césped, la cancha, la pelota, llegar a un vestuario y descubrir que es tu lugar... Está bueno convivir con chicos, a veces sentís que volvés a tener la edad de ellos. Jugamos con ellos, nos metemos en los picados. Es lindo porque ellos tienen mucha frescura, muchas ilusiones, y contagian eso".

¿Quién es el Pablo Aimar en el actual Valencia CF?