«Estoy realmente emocionado de jugar con este equipo e intentar ayudar a los jugadores a lograr todos los objetivos que tiene el club. Este es un club que ya jugó en la Premier League. Es uno de los clubes más grandes de Inglaterra y estoy ansioso por jugar con los Wolves». Eran las primeras palabras de Rafa Mir tras cerrarse el pasado 2 de enero su fichaje por el Wolverhampton Wanderersolverhampton Wanderers, nadie diría después de escucharlo que unos días antes, el 23 de diciembre, el delantero había visitado el Santiago Bernabéu junto con su representante Carlos Bucero y daba por hecho que su destino sería el Real Madrid.

Tanto, que en esa visita llegó a tratar con el club blanco las pautas para las vacaciones de Navidad y la fecha de su incorporación a la disciplina del filial madridista, que no llegaría a producirse. ¿Qué pasó durante esa semana para que la situación diera un giro tan radical?

Pasó que Mateu Alemany se hartó de la estrategia del Real Madrid para llevarse al futbolista prácticamente gratis, cuando el director general del Valencia CF se había propuesto obtener un mínimo de dos millones de euros por máximo goleador de Segunda División B, un futbolista joven y con una proyección interesante, después de no haber podido alcanzar un acuerdo para renovar su contrato que expira el 30 de junio.

Diferentes fuentes han confirmado a SUPER que el Real Madrid ofrecía 500.000 euros por el traspaso del jugador, ni uno más a pesar de los esfuerzos de Bucero, que tiene una buena relación con el club de la capital. Mateu dio el caso por cerrado y la última conversación entre las partes acabó con un rotundo «no te lo vendo».

Alemany, además, tenía una carta en la manga. Conocía desde hace tiempo el interés de Nuno Espirito Santo por llevarse al futbolista, al que subió al primer equipo en su etapa del Valencia CF y lo hizo debutar en la Champions League ante el Zenit de San Petersburgo. Mateu se puso en contacto con Nuno a través de Jorge Mendes y bastaron dos llamadas para rematar la faena. Con el visto bueno de Nuno y Mendes, que es además la persona que llevó al grupo inversor chino Fosun International a hacerse con la propiedad del club inglés, no hubo impedimento para que la operación se llevara a cabo y el Valencia ingresara más de dos millones de euros. De hecho, si el Wolverhampton no lo había intentado antes es porque, como todos, daba por hecho que Rafa Mir se iba al Real Madrid.

Nuno fue determinante

Y es que para que su fichaje fuera una realidad solo faltaba el visto bueno del jugador, que ya tenía un acuerdo cerrado con el club madridista. Como demostraba el delantero en su presentación, él no iba a ser ni mucho menos un problema tratándose de Nuno Espirito Santo. «Nuno jugó una gran parte de mi decisión de venir aquí. Wolves es un gran proyecto y es un desafío emocionante ser parte de él. Es genial poder trabajar con un entrenador que ya conozco y ese fue un factor importante para fichar por el club», fueron sus palabras nada más aterrizar en Inglaterrra.