«Intentaremos llegar lo más lejos posible en la Copa del Rey, es una competición corta, ocho partidos te meten en una final. Yo nunca he ganado nada», decía Marcelino allá por el mes de noviembre de 2017 poco antes de que el Valencia CF tuviera que enfrentarse al Real Zaragoza, su primer rival en esta competición. Su equipo, a partir de ese momento, eliminó al conjunto maño y también la UD Las Palmas, los dos primeros equipos que le deparó el bombo. Ahora, en el mes de enero, el Valencia de Marcelino se encuentra metido de lleno en la competición y visita el estadio de Mendizorroza en el que se puede considerar sin duda el partido más importante desde que empezó la temporada allá por el mes de agosto. Eran ocho partidos para la final y superar esta prueba les puede dejar a solo dos.

La trayectoria del Valencia no está inmaculada por el juego y los resultados especialmente en los dos últimos partidos, está claro que el equipo de Marcelino llega a esta vuelta de los cuartos después de haber ofrecido su peor versión, pero sí es de notable alto desde que el balón empezó a rodar en verano y el equipo a sumar y sumar hasta cerrar una primera vuelta histórica con 40 puntos. Y es que las dos verdades son reales y conviven en este mismo momento, la del Valencia CF que generó tantas dudas jugando y perdiendo el pasado sábado ante la UD Las Palmas, pero trambién la de un equipo que se ha ganado el crédito y el respeto en muchísimos otros partidos, solo ha perdido cuatro de 25 y que, pese a todo, llega a este partido con la mínima ventaja de un 2-1 muy trabajado en Mestalla.

Titularísimos

Marcelino, efectivamente, la quiere. El once que ilustra está página con Garay, Parejo, Kondogbia, Andreas, Guedes, Zaza y Vietto demuestra que el técnico apuesta por la Copa por todo lo que hay detrás de un título como este que él, de hecho, no ha conquistado nunca. El sábado en Gran Canaria dio algunas pistas más con un once muy mediatizado por el partido de este miércoles frente al Alavés. Allí, futbolistas cuya titularidad no se discute como Guedes y Zaza fueron suplentes y algo similar sucedió con el argentino Ezequiel Garay, que está siendo uno de los mejores defensas de la temporada si no el mejor. En otras palabras, en el plan de Marcelino había rotaciones en la Liga para poner el equipo de gala en la Copa. El técnico se arriesga con ello a perder la jugosa distancia que tenía respecto a Villarreal y Sevilla, que son los dos equipos que aspiran a meterse en los puestos de Liga de Campeones, pero lo cierto es que toda la competición de Copa se juega en enero y hasta el 7 de febrero máximo, fecha de la vuelta de semifinales.

Si el Valencia es capaz de superar en esta eliminatoria al Alavés, volverá a tener semanas ‘limpias’ para preparar el partido de Liga y en cambio, sus rivales, Villarreal, Sevilla y ojo, el Real Madrid, empezarán la competición europea: martes día 20 y miércoles 21 de febrero la Champions para andaluces y sevillanos, y el jueves 22 Europa League para el submarino amarillo. El Real Madrid se enfrenta al PSG y el Sevilla al Manchester United en octavos de final. Por su parte, el Villarreal se mide en dieciseisavos de la competición al Olympique de Lyon, duras eliminatorias para los tres.

Con lo que no contaba Marcelino era con regresar de la isla no solo con una derrota, sino con dos sancionados para el partido del sábado frente al Real Madrid en Mestalla y, para colmo, lpos dos defensas centrales, posición en la parte con una baja importante como es la de Jeison MurilloJeison Murillo, una circunstancia que trastoca los planes, obliga a inventar y a sobrecargar más a un futbolista como Garay, al que el técnico cuida porque viene con molestias