El Valencia Valencia de Marcelino ha perdido brillantez. Ya no es aquel equipo que machacaba a sus rivales cuando estaba bien y les ganaba cuando estaba mal. Pero sigue vivo. Más que vivo, el Valencia sigue tercero en la clasificación y además se ha metido en las semifinales de la Copa del Rey. Este viernes sabrá a qué rival se enfrenta: a elegir entre el Leganés que eliminó al Real Madrid, el Sevilla que se deshizo del Atlético y el FC Barcelona que anoche dio buena cuenta del Espanyol.

El sorteo será en la sede de la Federación Española a partir de la una del medio día. Con un ojo en la Copa del Rey y el otro en la Liga porque el sábado hay partido grande en Mestalla ante el Real Madrid. El calendario se ha apretado pero el vestuario está sobre aviso y lo que es mejor, preparado para sufrir, un concepto que conviene tener presente.

El Valencia de Marcelino ya no arrolla porque mantener aquel ritmo es futbolísticamente imposible si no tienes a Messi y compañía, pero ha crecido como equipo desde entonces. El vestuario, aquello que con tanto mimo ha cuidado el entrenador desde que llegó, está listo para el reto. "Sabíamos que venían partidos difíciles porque el calendario es duro en el mes de enero y febrero, pero ya no queda otra que darlo todo, es lo que vamos a hacer y luego ver hasta dónde llegamos". Es el mensaje que nace de dentro del vestuario de Marcelino y tiene dos lecturas, una la ambición medida desde el trabajo, y la otra la generosidad desde el esfuerzo.

Porque desde el esfuerzo y no desde otra perspectiva ha logrado estar este equipo ahora mismo a dos partidos de una final. Y algunas palabras del entrenador al término del partido ante el Alavés del pasado miércoles lo atestiguan: "En ningún caso estas dos semanas van a ser definitivas para la Liga. En ningún caso. Son definitivas para tener la posibilidad de tener una final de Copa. Vamos a afrontarlo con los jugadores que dispongamos. Las bajas van a condicionar la forma de actuar pero eso no es ninguna excusa. Recuperaremos y después de disfrutar de haber pasado a semifinales afrontaremos el partido del Madrid con toda nuestra energía y nuestra ambición de ganar".

Y de las palabras a los hechos, ningún futbolista quiere perderse ni el partido de mañana ni la ida de las semifinales de Copa ni la vuelta ni el de más allá... Al contrario, hay ejemplos como Zaza, Garay o Kondogbia, que estando al límite, hacen sacrificios y dan un paso adelante en favor del colectivo. Es el caso reciente del centrocampista fancés, que terminó extenuado en Mendizorroza, pero que está ya preparado para plantar batalla ante el Real MadridReal Madrid, como en su primer partido con la camiseta del Valencia, en el que presentó sus credenciales en el Santiago Bernabéu con partidazo y gol. Desde que Marcelino inició las rotaciones en el mes de enero el equipo está preparado para todo, y de esos descansos, llegó más fresco a la prórroga de Mendizorroza.

Quedan por lo tanto tres semanas para sufrir alternando partidos de Liga y la semifinal de Copa, si de por medio la distancia con Real Madrid, Villarreal y Sevilla se esfuma, habrá tiempo y partidos para recuperarla. Los objetivos del Valencia se juegan ahora, a vida a muerte, a todo o nada y si ir a tope a las semifinales castiga el rendimiento en la Liga, habrá tiempo par rehacerse: la Copa es a cara o cruz. El Valencia CF no se va a reservar.