El resultado fue injusto y engañoso. Demasiado cruel. El 1-4 del marcador no reflejó lo que se vio en el campo. El Valencia fue superior al Madrid en muchas fases del partido. Así lo entendió Mestalla y, por eso, la afición ovacionó al equipo al final y cantó con más orgullo que nunca el "¡Valencia, hasta la muerte!". Los de Marcelino García Toral pagaron su imperdonable error del primer gol a la salida de un córner, el cansancio heredado de Mendizorroza en los minutos finales y, sobre todo, la caprichosa decisión de Estrada Fernández en el segundo penalti.

El árbitro catalán hizo más por pitarlo que Montoya por derribar a Benzema y que el francés por disputar el balón, una jugada que condicionó un partido que perdió el Valencia y se llevó el Madrid con poco, muy poco. Se adelantó cuando no había hecho casi nada para merecerlo, si acaso aprovechar el primer error claro de los de Marcelino al conceder una contra clara en un saque de esquina a favor. Era el minuto 15 y todo lo bien dispuesto y sin errores que había salido el Valencia quedaba en evidencia. Nadie puso remedio para frenar ese ataque, aunque fuera al modo Casemiro, hasta que ya dentro del área Montoya llegó tarde al balón y derribó a Cristiano. Penalti claro. Un error imperdonable. El propio Cristiano subía el primero engañando a Neto.

Los de Mardelino asumieron su equivovación, levantaron la cabeza y no le perdieron la cara al partido empujados por un Kondogbia que tiraba del carro y un Parejo que pedía y pedía el balón. Estrada Fernández acertó en su primera decisión comprometida, pero pronto se vio que se había traído dos varas para medir. Mientras perdonaba faltas y tarjetas al Real Madrid, aprovechó un contacto de Montoya con Benzema en un salto para señalar otro penalti que provocó la ira de todos en Mestalla. El delantero francés ni se lo creía y Ronaldo alimentaba sus exiguas estadísticas en esta Liga otra vez desde los once metros, esta vez el meta adivinó el lugar pero no llegó al balón.

Con 0-2 no se fue del partido el Valencia. Primero era Rodrigo el que disparaba arriba en una buena jugada y Guedes metía el miedo a Keylor Navas con un zurdazo rozando el palo Keylor Navas . Mestalla volvía a rugir cuando Estrada no dejó sacar un córner al Valencia para señalar el descanso, cuando se habían perdido varios minutos atendiendo a Neto y Garay tras un choque.

La segunda parte comenzó igual que acabó la primera. Estrada le llamaba la atención a Marcelino y compensaba errores con una amarilla a Bale que Mestalla se tomó a risa. El catalán sabía lo riguroso que había sido, pero solo con uno de los dos. Carlos Soler entró por unas molestias de Guedes y el equipo se lo creyó. Había argumentos futbolísticos y ganas para remontar. Lato y Gayà se comían literalmente a Carvajal y Carlos demostraba, aún sin ritmo, el impacto que tiene en el equipo. Kondo asfixiaba a Kroos y Modric y Parejo tiraba de talento para poner un córner en el corazón del área. Allí apareció Mina para cabecear con el alma y llevar la locura a Mestalla. "¡A por ellos!", cantaba la grada. Y tanto. El propio Dani la tuvo después de una combinación de muchos quilates entre Carlos y Rodrigo. El pie de Keylor salvó a Zidane.

El Valencia estaba tan ansisoso por marcar que le faltó eficacia, cuando el Madrid estaba noqueado. Sin respuesta. Metido atrás y a merced del Valencia, con la única vía de escape de las contras. Marcelino intentó echar más leña al fuego con la entrada de Zaza y Andreas, pero al equipo le empezaban a fallar las fuerzas. Cuando la prórroga de Vitoria pasó factura el agotamiento físico del equipo permitió al Madrid sacar la cabeza y recuperar el balón para machacar con goles de Marcelo y Kroos. Mucho castigo.