Día 10 de abril de 2014. El Valencia remonta la eliminatoria de cuartos de final de la Europa League ante el Basilea gracias a un 5-0 que enciende Mestalla y la fiesta de desata en plena Avinguda de Suècia. El equipo, con Paco Alcácer como gran héroe de la noche gracias a un triplete y con Juan Antonio Pizzi al frente del banquillo, celebra en el balcón de la fachada principal del estadio y con la presencia de miles de valencianistas la alegría de clasificarse para las semifinales del torneo. Han sucedido muchísimas cosas en el club desde entonces, se han producido cambios a todos los niveles y en la actualidad tan solo quedan cuatro jugadores de aquella noche que sigan defendiendo el mismo escudo.

Aquel episodio, en cualquier caso, sirvió como gran inspiración para uno de los supervivientes, que además será protagonista en la eliminatoria ante el Barça de la Copa del Rey. Se trata de Jaume Domènech. El Gat d’Almenara era por aquel entonces el guardameta del filial y ese año, ante las lesiones que sufrieron Guaita y Diego Alves comenzó a entrar en convocatoria de forma más o menos habitual. Otxotorena no dudaba, llamar a Jaume suponía elevar el nivel en los entrenamientos y, en efecto, apretar las tuercas a los porteros del primer equipo. Aquella noche, con Alves fuera de combate, el valencianista estuvo en el banquillo, participó de la celebración como uno más y disfrutó de un ambiente que jamás había vivido hasta la fecha. A su lado estaban Joao Pereira, Oriol Romeu, Alcácer, Senderos o Mathieu, por ejemplo.

Quedó fascinado del poder y el magnetismo de una noche única en Mestalla y a sus seres más cercanos, en confianza, les dijo: «voy a pelear para vivir algún día una noche así en primera persona con el Valencia». Cuatro años después su hora ha llegado. Jaume está listo para afrontar el primer asalto de la semifinal de Copa con el objetivo de frenar a uno de los equipos más potentes del planeta y alargarla para que pueda cerrarse en Mestalla. Será una noche como la que soñó vivir. Aquel capítulo marcó un antes y un después para el Gat en su historia en el como valencianista. Su situación ha oscilado entre extremos en cuatro años.

De ser el último jugador de la plantilla a llevar el ‘1’ a la espalda con una irrupción sin precedentes bajo palos a las órdenes de Nuno que lo distinguió como mejor portero de la primera mitad de Liga en la temporada 2015/16 y estadísticamente como el portero con más paradas de las cinco grandes ligas europeas. Jaume se ha convertido en uno de los pesos pesados del vestuario, es uno de los capitanes y su contribución está siendo determinante en la trayectoria del equipo en la Copa. Fueron sus guantes los que le dieron al Valencia la clasificación para la semifinal en una tanda de penaltis en Mendizorrotza donde marcó diferencias deteniendo dos lanzamientos e intimidando a Rubén Sobrino en el definitivo, que salió desviado por encima del larguero.

Un porcentaje importante de las opcines que tiene el Valencia de alcanzar la final pasa por su nivel de acierto ante auténticos fuera de serie como Messi o Luis Suárez. No es una misión sencilla pero Timo Hildebrand, que ya protagonizó una actuación explosiva en 2008 con 18 paradas en el Camp Nou, le señalaba ayer el camino en los micrófonos de VCF Radio: «Fue una semifinal increíble, trabajamos mucho para estar en la final y aunque tuvimos suerte, fue muy buena eliminatoria. Aquella noche lo paré casi todo, el FC Barcelona siempre tiene muchísimas ocasiones, pero en el Camp Nou logramos un buen resultado para la vuelta».