Durante las últimas semanas se ha hablado de crecer desde la exigencia y el sufrimiento. Y así ha sido. En esta fase -desigual- se han proyectado luces y sombras, seis derrotas, encadenadas por el nivel de los adversarios, la sucesión de partidos sin respiro y los recursos, mermados por las lesiones. La experiencia debe enriquecer la memoria competitiva del equipo. Esa es la intención. Terminado el ciclo de la Copa, el grupo tiene claro que hay que limpiar la mente para «volver a disfrutar». Toda la energía va a volcarse en conquistar una plaza Champions. Contra las dudas y el efecto involutivo de las derrotas está el brillo de un objetivo tremendo: celebrar el regreso al máximo nivel del fútbol europeo. La base armada por Marcelino durante todo el proceso es el mejor sostén. También el retorno simultáneo de Carlos Soler y Gonçalo Guedes. La recuperación pasa por ellos. Los dos son activos imprescindibles a todos los niveles. El jueves, la dupla volvió a coincidir sobre el campo y ofreció argumentos para mirar al futuro con optimismo. Con jugadores así, el golpe no debe resultar traumático.

Marcelino ya advirtió que Guedes sería la bala en la recámara. Por eso, la no presencia de Soler en el once ante el FC Barcelona fue una sorpresa. Por encima, incluso, del cambio de sistema, 4-3-3/ 4-3-1-2 por el 4-4-2 innegociable. Marcelino apostó fuerte por guardar a sus dos talentos distintos como revulsivo. Su entrada produjo un impacto inmediato, en positivo. Cuando están ellos pasan cosas: la asistencia a Gayà para el 1-1 que salvó Cillessen o el efecto intimidatorio que generá el portugués atacando por fuera y por dentro; una de sus llegadas terminó en un remate de cabeza al que le faltó un poco de dirección.

Vuelta a la jornada 13

La perspectiva ayuda a analizar los resultados y el juego. Marcelino no ha podido formar con su ´once ideal´ desde el partido ante el RCD Espanyol (0-2), jornada 12, 19 de noviembre. Entonces, Guedes y Soler entraron desde el banquillo. Jeison Murillo se marchó lesionado. Ahí terminó la racha de ocho triunfos consecutivos en Liga. Desde entonces el equipo siempre ha encajado goles, excepto en el partido de vuelta de Copa ante Las Palmas (4-0). Una semana después, el Barça visitó Mestalla (1-1). Esa es la fecha de la última vez que Carlos Soler y Gonçalo Guedes han coincidido en el once titular. El portugués se operó de una fisura en el quinto metatarsiano. Cuando volvió... cayó Soler. Fue ante el Celta. Han sido nueve jornadas de LaLiga desde aquella última jornada juntos ante el Barça.

Hubo un antes (nueve victorias, cuatro empates) y un después (seis derrotas, tres victorias). Ante el Real Madrid estaban los dos operativos, pero Soler entró en el descanso por la lesión de Gonçalo Guedes. Otra vez. La no coincidencia se ha notado en el campeonato de liga y en la Copa, donde han saltado las eliminatorias ante Las Palmas, Alavés y la semifinal ida en el Camp Nou, donde también faltó Geoffrey Kondogbia. Una pasada. Ante el Barça, en Mestalla, los dos entraron juntos desde el banquillo en el minuto 55, volvieron a coincidir en competición 74 días.

En el mejor Valencia de la temporada la coalición Guedes, Kondogbia, Dani Parejo, Carlos Soler ha sido básica. Los cuatro elementos no compiten juntos, empezando en el once titular, desde la jornada 13, ante el FC Barcelona. La continuidad de los cuatro en el centro del campo es fundamental en la segunda vuelta. Juntos formaron la sala de máquinas más potente del fútbol español en la primera parte de la temporada y puede valer la clasificación para la Champions. Esa carencia se ha sentido a la fuerza, en ataque y en defensa.

Ciertos desequilibrios y la falta de pegada en los últimos partidos tiene que ver con la pasada de kilómetros que llevan Kondogbia y Parejo, unidos a las ausencias de Guedes y Soler. Uno, otro o los dos. Con ellos, el equipo es más sólido, mejor en el repliegue, más fuerte en las transiciones. El orden y el reparto de funciones es ideal: Guedes arranca y desborda, Soler enlaza y filtra, Kondogbia muerde y protege, Parejo organiza. Con ellos, el equipo tiene más y mejores soluciones en ataque. Zaza, por ejemplo, ha sido menos Zaza en esta fase. Es un circuito. Con ellos, los delanteros tienen más alimento, el equipo está mejor preparado para presionar, para atacar rápido y desplegar el contragolpe.

Guedes, Kondogbia, Parejo y Soler terminaron juntos el partido ante el Barça. Ante el Levante, Marcelino tiene la oportunidad de volverlos a lanzar en el once. Tiene que ser un nuevo principio. Guedes y Soler son el mejor argumento para volver a disfrutar.